Victorino Martín reclama "toros encastados y que los toreros aprendan a torear"
El ganadero de Galapagar cierra San Isidro dispuesto a "acercarse" al éxito del año pasado
"Repetir lo del año pasado es muy difícil. Me conformo con acercarme". La frase corresponde al más célebre de los ganaderos de reses bravas. Para Victorino Martín, el año 1998 fue la mejor cosecha de su vida. "Lo digo yo y me lo han dicho muchos viejos aficionados", afirma, y añade: "Fueron 15 corridas, todas aprobadas y todas encastadas". A él le correspondieron todos los premios, incluidos los repartidos en San Isidro. Hoy cierra el ciclo de este año y, fiel a su ánimo inquieto, lanza el primer envite: "Lo he dicho muchas veces. Para arreglar esto, falta casta en los toros. Eso, y que los toreros aprendan a torear".
, Se exhibe casi eufórico. "Se han aprobado todos los toros", comenta. De hecho, pocos ganaderos de los que han pasado por este San Isidro pueden presumir de sobrarle uno de los dos reconocimientos veterinarios habituales: uno, el día antes, y otro, el de la corrida. En el de ayer, confirmado: la corrida seleccionada por el ganadero será la que salte al ruedo. "El propio Pablo Lozano [el encargado de la familia que regenta Las Ventas para la contratación del ganado] me ha dicho que es la corrida mejor presentada que ha visto en muchos años". Victorino Martín prefiere los atajos. Lo que haya que decir, bien alto. El ganadero llega a Madrid después de un arranque de temporada casi triunfal. En el que casi queda la mácula del encierro visto en Sevilla. "Si se compara con el tono de toda la Feria de Abril...", inicia a modo de disculpa. "Bueno, no", rectifica, "no me gustan las comparaciones. La corrida, sin ser sobresaliente, estuvo bien". Aquí se acaban las medias tintas. "En Castellón fue muy positiva [el ganadero salió a hombros], y las dos de Francia, excelentes". Concluye el repaso. Ahora llega Madrid, y más tarde, "15 o 16 más". Victorino Martín cierra San Isidro. "Se han visto cosas buenas", inicia a modo de balance. ¿Por ejemplo? "Los toros se han caído menos. Y esto, tal y como iban las cosas, es un dato muy positivo. Ya se sabe, cuando el toro se cae, se cae la fiesta". En línea con lo declarado, Victorino se queda con las corridas de Juan Luis Fraile y la de los pablorromeros. ¿Y la de Adolfo Martín? "No la pude ver y no voy a opinar. Eso sí, he leído lo que se ha dicho de ella y me alegro muchísimo. Estoy muy contento de que sea la propia familia la que ponga el listón tan alto. Primero estoy yo, claro está, pero después de mí, por supuesto, Adolfo [su sobrino]". "Por lo demás", continúa, "otra cosa que había que hacer notar es que a esta feria ha acudido más gente que nunca. Son ya dos datos positivos. Como dicen los mexicanos, ha sido un San Isidro exitoso. De alguna forma, ha quedado demostrado que la costumbre que se había impuesto desde hace unos años de hacer carteles rematados [sólo con figuras de renombre] es un disparate. Nunca en la historia ha sido así. Abrir los carteles y dar oportunidades a los que empiezan no resta público. Y este año ha quedado demostrado. Los nuevos tienen que tener oportunidades para escalar, y eso la gente lo agradece". Hasta aquí, la riada de parabienes. Los eternos caballos de batalla de Victorino Martín apenas tardan un suspiro en reaparecer. "Eso sí, en otros aspectos estamos como siempre", comenta como primera invitación al zafarrancho. "Se continúa picando muchísimo y muy mal. Hablo de forma general, que conste. Hay excepciones. También se pueden encontrar grandes profesionales. Pero, en general, que muy mal... Primero habría que fijarse en los caballos. La mitad no van. Son animales sin doma que no sirven para lo que están. Sí, muy grandes, muy pesados... pero para qué... y, ¿la doma, que es fundamental, dónde está?". Hundido el primer objetivo, corre turno y toca la preocupación más insistente del ganadero desde su primera aparición en prensa: la casta. "Lo habré dicho un millón de veces, pero no me canso: falta casta, faltan ganaderías encastadas". Esta vez aporta un nuevo dato: "Bueno, falta eso y que los toreros aprendan a torear en su mayoría. Ahora se torea muy retrasado, no se adelanta la muleta y, por supuesto, se ha olvidado eso de lidiar a un toro". Dicho lo cual, sin dar una oportunidad al tiempo que el resto de mortales se dan para respirar, el de Galapagar salta raudo a la corrida de hoy. "No voy a destacar ningún toro. Confío en que todos salgan buenos. Presencia tienen", insiste. Sobre la terna, en la que figuran dos matadores (Manuel Caballero y Uceda Leal) que el año pasado triunfaron con los victorinos, un último apunte: "Estoy encantado. Creo que es el mejor cartel imaginable".La corrida de hoy, 32ª y última de feria: toros de Victorino Martín para Juan Mora, Manuel Caballero y Uceda Leal. A las siete de la tarde.
Babelia
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