"En Madrid, al contrario que en México, el cielo siempre amanece azul"
La escritora mexicana Ángeles Mastretta (Puebla, 1949) la única mujer que posee hasta el momento el Premio Rómulo Gallegos de escritura, apenas dejó Madrid hace dos meses, cuando vino a presentar su último libro, El mundo iluminado, y a impartir un taller literario ante fieles seguidores. Ahora vuelve "a este Madrid de gente cálida" del 21 al 23 de junio, y así se convertirá también en la primera mujer en la que se centra "La Semana de Autor", organizada por la Agencia Española de Cooperación Internacional y la Casa de América. Hasta quince autores le preceden, desde Ernesto Sábato, con quien se inició este ciclo en el 1983, pasando por Mario Vargas Llosa, Roa Bastos, el propio Octavio Paz, José Saramago, José Cabrera Infante o Augusto Monterroso, entre otros. Críticos literarios, catedráticos de literatura, editores, lectores, colegas... Todos se centrarán en la obra de esta escritora, fenómeno de críticas y ventas en el mundo hispano y traducida a 14 idiomas desde que publicara su primera novela, Arráncame la vida. Tal vez cuando tome la palabra contará que ella escribe, simplemente, para inventar un príncipe azul con dos hombres normales.
Pregunta. ¿De qué le dio tiempo en su anterior visita a Madrid?
Respuesta. De hacer entrevistas y conocer a muchos taxistas que nos llevaban de un lado a otro de la ciudad. Por cierto, ¿por qué están siempre enojados? Aunque tuve dos enojados y dos encantadores.
P. Frente a México DF, donde vive, esto le parecerá pequeño.
R. ¡Un pueblito! Aún me parece humanamente habitable y el cielo amanece azul, pero parece que no se le da un excesivo valor aquí a eso, será porque no han visto el cielo en México, que siempre es gris...
P. ¿Le gusta viajar?
R. No especialmente, pero ya que viajo lo hago contenta. En Madrid he decidido hacer de cada día una fiesta. Me siento como en mi casa.
P. Además de escritora, usted se declara conversadora convencida, ¿cómo es eso?
R. Yo, antes de escritora fui lectora, y antes que lectora, escucha. Bueno, los conversadores somos una secta cada vez más exigua. Sólo los besos son más placenteros para los conversadores que las palabras, tal vez porque una conversación es lo más parecido a una historia de amor.
P. ¿Qué ocurriría si le arrancaran la escritura?
R. ¡Pues podría seguir conversando, tocando a los otros! No soy de los que piensan "si no escribo, me muero". Disfruto de la vida, muchísimo. Escribo como parte de mi urgencia por vivir; me preocuparía más si me quitaran la capacidad de dar.
Semana de Autor: Ángeles Mastretta. Anfiteatro de la Casa de América, paseo de Recoletos, 2. Metro Banco. Días 21, 22 y 23, a las 19.30. Entrada libre.
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