Un congreso para cuando más convenga ALBERTO PÉREZ FERRÉ

Ernest Nabás y yo utilizamos el correo electrónico para comunicarnos, hoy, sin embargo, no quiero hacer uso de él y deseo reflexionar a través de la tradicional prensa escrita sobre el artículo que publicó el pasado día 17. Sin ánimo de polemizar y, de hacerlo, volvería al uso del Outlook Express. Las elecciones europeas, la gran encuesta, han puesto de manifiesto que el PP no es capaz de despegar y estos resultados han despertado a José María Aznar del sueño que tenía; que ganaba las próximas elecciones generales cómo y cuándo quisiera. Seguro como estaba de ello, ha desaprovechado coyunturas favorables para convocar elecciones y en este momento ni tan siquiera controla el calendario. CiU considera que sus malos resultados se deben en gran parte al apoyo que ha prestado al PP, y los desacuerdos, tal vez la ruptura, se pueden producir el próxmo mes de julio en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. Añádase a ello la previsible victoria socialista en Cataluña, la segura en Andalucía y el lógico pensar del presidente del Gobierno de no facilitar a los socialistas semejante rampa de lanzamiento hacia las elecciones generales. En la Comunidad Valenciana, y en el resto del Estado también, pero centrémonos en casa, la abstención ha sido preocupante y teniendo en cuenta que se ha producido básicamente en los barrios de las ciudades, debemos pensar que ha sido motivado por la errónea política de IU y el deambular del PSPV que en los últimos tiempos ha funcionado a impulsos. Hay que tener muy en cuenta también que son las primeras elecciones que se celebran mandando el PP, (no me equivoco al escribir mandando), con todos los resortes del poder en sus manos y que han tratado de narcotizar a la sociedad y poner sordina a la campaña. Ejemplo: RTVV. Por ello, debemos agradecer a los ciudadanos el que nos hayan votado. Hemos sacado muy buena nota en las oposiciones que hemos hecho para que los ciudadanos no nos votaran. Lo han hecho, han acudido a las urnas y hemos obtenido unos muy buenos resultados para la situación en que estábamos. ¿Tiene la actual dirección del partido la culpa de los resultados que hemos obtenido? Seamos objetivos y hagámosle responsable como máximo de los dos últimos meses. El deambular del PSPV se inicia en 1995 cuando perdemos las elecciones autonómicas, con la deserción de un buen número de diputados de las Cortes Valencians, la posterior celebración de un Congreso de confrontación, donde lo importante no era la unidad de los socialistas, sino su renovación, la convocatoria de primarias en muchísimos pueblos, consiguiendo que el candidato a alcalde no fuera el de todos, sino el de unos contra otros, trasladando la imagen de pelea y no de debate, el haber prescindido de buenos alcaldes para perder con, no lo dudo, buenos candidatos y como colofón, el candidato a la Presidencia de la Generalidad, se nos cae del cartel en vísperas electorales. El PSPV, en los últimos meses ha trabajado bien en muchos aspecto. Mencionaré sólo cinco de ellos pero fundamentales para una organización política: 1.- La crisis de la dirección y del candidato se han resuelto con rapidez. 2.- Los militantes del partido se han movilizado. 3.- Se ha recuperado la ilusión y la esperanza del simpatizante. 4.- Se han presentado más candidaturas municipales que en el 95. Nuevas y buenas. 5.- Como consecuencia de lo anterior el voto, sobre todo el urbano, está de regreso. A partir de ahora, hay que conseguir gobiernos municipales estables y progresistas, gobernando con responsabilidad y haciendo una dura y constructiva oposición donde corresponda y debemos también denunciar con firmeza la actitud antidemocrática del PP y particularmente de Eduardo Zaplana que consiguió la mayoría absoluta adquiriendo voluntades políticas de militantes de UV, al igual que consiguiera en su día el trampolín de la alcaldía de Benidorm. También, y por último, debemos de ocuparnos en arreglar nuestra popia casa, con tranquilidad y serenidad, colaborando con la dirección del partido, exigiéndole y a la vez dejándole que gobierne de verdad, con generosidad y flexibilidad. Debemos celebrar un Congreso, sí. Cuando más conveniente sea para el partido, teniendo en cuenta que la convocatoria de las elecciones generales no puede pillar a los socialistas arremangados en plena faena congresual, pero un Congreso que recupere la cultura de consenso tan arraigada en nuestra organización al objeto de, todos juntos, ilusionar y esperanzar a los votantes y simpatizantes en la construcción de un futuro mejor.

Alberto Pérez Ferré es diputado del PSOE por Alicante