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El Gobierno teme una campaña de intimidación violenta en Álava

Luis R. Aizpeolea

El Gobierno teme una campaña de intimidación de la kale borroka (violencia callejera) en Álava, la provincia vasca donde el PP ha ganado la Diputación y la capital, Vitoria, en las elecciones del 13-J. Los últimos datos han preocupado al Ejecutivo. Desde la jornada electoral, tres de los seis actos de violencia callejera registrados en Euskadi han tenido como escenario Álava: el ataque con cócteles mólotov al Gobierno Militar en la madrugada de ayer; la destrucción con bates de béisbol y fuego de una empresa de empleo temporal en la misma ciudad el jueves, y el lanzamiento de un artefacto incendiario a una vivienda en Legutiano.

El Ejecutivo cree necesario un pronunciamiento serio por parte del Gobierno vasco y de Euskal Herritarrok (EH) para cortar de raíz lo que teme que pueda ser el comienzo de una campaña de intimidación contra electos y simpatizantes del PP en la provincia vasca que más votó a los populares en las elecciones. Además de ganar en la Diputación y la capital, el PP obtuvo la primera posición en cinco importantes municipios alaveses: Labastida, Lanciego, Moreda de Álava, Ribera Baja e Iruña de Oca. El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, el pasado sábado, en un mitin en Getxo (Vizcaya), advirtió a los autores de los actos vandálicos de que estaban poniendo "en bandeja" a los partidos no nacionalistas "unas bazas políticas" justo cuando el Partido Socialista de Euskadi (PSE) ha descartado un pacto con el PNV. Arzalluz dijo que no sabía si era necesario condenar el ataque. "No sé si la estupidez es condenable o simplemente risible", arguyó.

El Ejecutivo cree que la situación es mucho más seria y está a la expectativa de que se pueda asistir al comienzo de un rebrote de la violencia callejera, suspendida desde pocas semanas antes de las elecciones. El Gabinete que preside José María Aznar teme, además, que pueda vincularse a la campaña de reivindicación del traslado de presos de ETA a las cárceles vascas durante las fiestas populares de este verano en Euskadi.

Sin cambio en los contactos

No obstante, el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, manifestó ayer que este rebrote no afectará al diálogo que el Ejecutivo ha abierto con ETA. "Si se siguen dando las condiciones actuales, el Gobierno seguirá dando luz verde a los contactos exploratorios e indagatorios para pasar de una tregua indefinida a otra definitiva. No hay cambios en este sentido", afirmó el ministro. Mayor recordó que durante la campaña electoral ya vaticinó que tras los comicios se producirían rebrotes de violencia, aunque el entorno de EH quería dar la impresión de que "la kale borroka había desaparecido". Por ello, apuntó el ministro, "los últimos acontecimientos no cambian en nada el análisis del Gobierno".

El reto político más amenazador del nacionalismo vasco para el Gabinete, el proyecto de EH de relanzamiento de la Asamblea de Municipios Vascos, ha quedado momentáneamente congelado por el relativo fracaso electoral del PNV y Eusko Alkartasuna (EA) en las elecciones municipales del 13-J, pero no enterrado, según constata el Ejecutivo. Las previsiones iniciales eran que se reactivara tras las elecciones del 13-J y la constitución de los nuevos ayuntamientos que se celebrará este fin de semana.

El PNV no ha ocultado su enfriamiento ante la citada Asamblea y lo ha manifestado al plantear su presidente, Xabier Arzalluz, este fin de semana, un firme reconocimiento del Parlamento vasco y del Estatuto de Gernika.La Asamblea no podrá contar ni con las alcaldías de San Sebastián, Vitoria y Pamplona -en manos de socialistas y popu-lares- ni con las de los ayuntamientos más importantes de la Margen Izquierda del Nervión, en Vizcaya, y del cinturón industrial de San Sebastián. "La Asamblea de Municipios Vascos se ha convertido en una asamblea de municipios rurales", señalaba ayer un portavoz del Gobierno.

No obstante, el Ejecutivo estima que la Asamblea de Municipios Vascos será relanzada, tras las vacaciones estivales, una vez calentados los motores por EH porque la coalición abertzale "sigue muy interesada en el proyecto y el PNV está comprometido con EH y el Pacto de Estella".

El enfriamiento aparente de Arzalluz, en su discurso del fin de semana, lo interpreta el Gobierno como "pura estrategia" para "equilibrar el duro ataque del PNV a José María Aznar en el debate sobre el estado de la nación" y para "calmar el conflicto latente que hay en su partido por los resultados electorales y los derroteros que ha tomado".

Apuesta por Estella

Para el Gabinete no hay duda de que el PNV mantiene la apuesta por el Pacto de Estella (Lizarra). Como pruebas que avalan su tesis, cita el Ejecutivo las mociones que presentó el portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, en el debate sobre el estado de la nación, en las que "rompió el consenso al plantear el ámbito vasco de decisión" y la política de alianzas del partido de Xabier Arzalluz tras las elecciones municipales en Euskadi "en las que ha tratado de defender el frente nacionalista de Estella, aislando al PP e intentando contar con el PSOE solamente para apuntalar dicho frente. Pero su intentona ha fracasado". En este sentido, Jaime Mayor, emplazó ayer al PNV a que reflexione sobre "sus equivocaciones y errores". "Bastantes preocupaciones tienen con determinar el futuro del PNV, que le están llevando por una mala dirección", dijo.

El ministro se mostró esperanzado en que prospere el "entendimiento especial" entre el PP y PSE en Euskadi para apuntalar las listas más votadas en la Diputación de Álava y las alcaldías de San Sebastián y Vitoria así como en los ayuntamientos de la Margen Izquierda del Nervión, el cinturón industrial de San Sebastián y en los municipios alaveses medios.

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