Suecia indemniza a los ciudadanos que fueron esterilizados hasta 1975
De las 60.000 víctimas pueden vivir 12.000
Suecia pagará a partir de hoy indemnizaciones de unos tres millones de pesetas a los ciudadanos que fueron esterilizados "contra su voluntad o por iniciativa de otra persona" entre 1935 y 1975. La ley, aprobada en el Parlamento meses atrás, especifica que tal compensación económica no afecta a cualquier otra prestación social que los beneficiarios puedan estar recibiendo del Estado.
El Gobierno ha creado, en los servicios de salud, una oficina para aplicar la ley. Los criterios serán "generosos". Su responsable, Anita Werner, señala: "Indudablemente, nunca se podrá reparar el daño causado, pero al menos podemos ofrecerles esto". Nadie sabe cuánta gente estará amparada por la ley. Hasta hoy se han recibido unas 150 solicitudes, y las autoridades han contactado con unas 280 personas más. Se habla de unas 12.000 personas aún vivas, pero que no han reclamado.
Las esterilizaciones forzosas son un capítulo oscuro de la historia sueca. De vez en cuando alguien lo ponía sobre el tapete, pero siempre se desvanecía. La excepción fue una investigación periodística del diario Dagens Nyheter, que tuvo trascendencia mundial. Se calcula que entre 1930 y 1975 fueron esterilizadas unas 60.000 personas, en su mayoría mujeres pobres con prole numerosa, así como discapacitados. Los motivos aducidos fueron tanto "higiene racial" como "costo económico".
Leyes así existían en los años 20 en algunos países, EEUU entre los primeros, y tuvieron buena acogida en los países nórdicos. En 1922 se creó en Uppsala el Instituto Estatal de Biología Racial, el primero de este tipo en el mundo. En 1934, bajo un Gobierno socialdemócrata, se aprobó una ley que autorizaba las esterilizaciones por "razones sociales", y en el ámbito legal se amplió en 1941 a personas "asociales". Las esterilizaciones prosiguieron hasta mediados de los 70.
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