"Yo salgo en una película de Emil Kusturica, ¿no me reconoce?"
En la puerta del Ayuntamiento de Kravujevac, dos orquestinas de gitanos tratan de conseguir clientes entre las bodas que se celebraban ayer. Parecen escapados de una película de Emir Kusturica, y uno de ellos lo confirma: "¿No me reconoce? Yo salgo en Gato blanco, gato negro, encima de un árbol, con un gran sombrero". Bora, de 37 años, el director de una de las orquestas, explica que los movilizaron para la guerra y estuvo en Kosovo Polje, al lado de Pristina, la capital de Kosovo.Lo pasaron mal cuando tuvieron que irse, añade Bora, "porque ¿qué íbamos a hacer con los fusiles contra los aviones y las bombas?". Cuando acabó la guerra, se alegró de volver a casa y poder encontrar a la familia. "A nosotros no nos interesa la política, ni quién mande. Lo que queremos es poder tocar música y ganarnos la vida con ello", sentencia.
Al que sí le importa quién mande en Yugoslavia es a Stevanovic, el alcalde de Kragujevac. El viernes, el Ayuntamiento votó una resolución pidiendo la dimisión de Milosevic. Los 31 concejales del bloque del poder, los socialistas (SPS) de Milosevic, los marxistas (JUL) de su esposa, Mira Markovic, y los radicales (SRS) ultranacionalistas de Seselj salieron de la votación. Por eso se aprobó la moción con 37 votos contra Milosevic y una abstención.
30.000 familias en la miseria
El alcalde expone la dramática situación de Kragujevac: "Antes había 20.000 personas que no tenían trabajo y ahora hay que añadirles los 36.000 de la fábrica Zastava. De 56.000 familias, hay 30.000 en estado de miseria, al borde del hambre. Por si fuera poco, con la fábrica se destruyó el sistema de calefacción de la ciudad, el de las escuelas y los hospitales".El alcalde, que es miembro del SPO, el partido de Draskovic, no acepta la acusación de que su partido se ha sumado tarde a la protesta contra Milosevic. "Lo hicimos en el momento adecuado. Se trata de salir de este régimen con el menor daño posible. Pensamos que se podía hacer sin salir a la calle, pero nos dimos cuenta de que no bastaba. Se necesita la presión de la calle, que será muy fuerte y decisiva. O Milosevic dimite, cosa que no creo, porque le espera el Tribunal Penal de La Haya, o tiene que convocar elecciones, que serían las primeras democráticas de los últimos 60 años en Serbia. Teníamos que intentarlo todo antes de salir a la calle. Esto es muy peligroso y lo sabemos, porque este régimen es capaz de cualquier cosa". El alcalde evoca que la fecha de ayer, escogida para la manifestación de Draskovic y el SPO en Kragujevac, es muy significativa: "El aniversario de la muerte de Mihaiovic (jefe de los chetniks, ejecutado por Tito en 1946) y el cumpleaños del príncipe heredero del trono de Yugoslavia". A la pregunta de cuánto durará Milosevic en el poder, Stevanovic responde: "Por mí, que se vaya ahora mismo, pero creo que caerá para el Año Nuevo".
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