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Reportaje:

Todas las formas de ver el territorio

La combinación de los cursos académicos, desde una visión multidisciplinar, con actividades, como música, teatro, cine, conferencias y exposiciones abiertas al público han caracterizado a la Universitat d"Estiu de Gandia (UEG) desde su origen hace 16 años. En la línea de implicar a la sociedad en este encuentro cultural anual, el Ayuntamiento, coordinador de la UEG junto a la Universidad de Valencia, ha introducido este año una nueva propuesta: Les converses. La idea era plantear una reflexión en torno a un tema, en la que el público no sólo sea espectador sino partícipe del debate. El claustro de la antigua Universidad de Gandia, las Escuelas Pías, fue el marco escogido para esta actividad experimental, que se celebró la noche del martes, y el territorio la propuesta sobre la que disertar en voz alta. La música del grupo gandiense Llebeig, y un recital de poesía acompañaron la velada, que estuvo precedida por la inauguración de la muestra fotográfica La pell del territori, de Xavier Mollà, sobre las comarcas centrales valencianas. Para animar la conversación e iniciar el debate, que era de lo que se trataba, se invitó a personalidades de diferentes ámbitos y actividades. Acudieron a la cita Manolo Boix, pintor y escultor; Jordi Borja, geógrafo y urbanista; Gustau Muñoz, economista y traductor; Perejaume, pintor; Vicent Todolí, director de museo; Vicent Llorenç, geógrafo; Pau Rausell, economista, y Lluís Noguera, responsable de las actividades culturales de la Fundació La Caixa. Abrieron el debate Perejaume, Vicent Todolí y Manuel Boix, llevando el tema a su terreno, el del arte. Si para Todolí "el artista es quien marca el territorio" en el arte, y el espacio del arte se acota al "museo", Boix no dudaba en ampliar el espectro y afirmar que "el espacio del arte es la sociedad". Un cruce de planteamientos que Gustau Muñoz, miembro del consejo de redacción de L"Espill, aprovechó para alertar sobre la "vaguedad conceptual" que ofrece el término "territorio". Un concepto difícil de definir, pero a su vez "evocador", por su influencia en las ideologías y movimientos que han marcado la realidad actual, matizó. Detrás de esa realidad, "hay un nexo de unión afectivo con un territorio, con su historia, una gente y un espacio físico". Frente a esa identidad, forjada con el tiempo, Muñoz observó la nueva tendencia hacia una "sociedad multicultural", que puede cortar esos lazos de unión de la sociedad con el territorio. Para el escritor "las fuerzas políticas" desempeñan además un papel negativo en ese cambio cuando su única visión del territorio es hacer "negocio". Se refirió Muñoz en este sentido al modelo urbanizador de Benidorm, una apuesta que el presidente de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana, propone hacer extensible a todo el litoral valenciano. La relación entre territorio y urbanismo centró también la intervención de Jordi Borja, para quien los límites del territorio son "difusos", afectados en parte por el efecto de la globalización. El urbanista apostó por "recuperar y reinventar la diferencia", que marque la calidad de un lugar o territorio, y lo haga más competitivo. La nueva perspectiva que plantea el proyecto de las comarcas centrales valencianas planeó sobre el resto del debate. Un espacio, que para el economista Pau Rausell debe ser "redefinido" o "inventado", y huir así de "la melancolía" o la búsqueda de fundamentos históricos. El coordinador del acto, Nestor Novell, no se equivocó cuando abrió el debate augurando que pretendía mostrar la "clara complejidad del conocimiento y la cultura y la diversidad de caminos para penetrar en ella". La disparidad de apreciaciones entre los invitados alargó el debate dos horas y, aunque despertó gran expectación -acudieron cerca de 150 personas-, no consiguió la participación del público, quizá por lo dilatado del debate o la dificultad de aunar posturas sobre un tema tan genérico.

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