Alicia Alonso cierra con tres clásicos del ballet el Grec de Barcelona La coreógrafa imparte un curso en El Escorial
Tres clásicos del ballet: Giselle, Coppélia y El lago de los cisnes, servidos por Alicia Alonso y el Ballet de Cuba. Ésta es la apuesta segura con la que el festival de verano de Barcelona cierra su programación de este año. La coreógrafa cubana, que el próximo 8 de agosto inicia un curso de verano en El Escorial, aseguró ayer en la capital catalana que "la riqueza de talentos del Ballet Nacional de Cuba radica en la gran competencia que se establece entre el cuerpo de baile y las primeras figuras".
"En ninguna otra compañía de ballet del mundo sucede algo igual. En la de Cuba, el cuerpo de baile compite con pasión con los grandes solistas, y eso fomenta la riqueza de talentos que ha hecho grande a la compañía", manifestó la coreógrafa. Dos de los grupos del Ballet Nacional de Cuba iniciaron el domingo en el teatro Albéniz de Madrid una gira por España con actuaciones simultáneas en la capital española y Barcelona, donde se inician mañana en el teatro Tívoli, hasta el próximo día 26. Después viajarán a Palma de Mallorca y Zaragoza hasta el día 30. Giselle y El lago de los cisnes son los ballets comunes que se presentan en Madrid y Barcelona, programa que se complementa en la capital de España con el espectáculo La magia de la danza, y en Barcelona, con el estreno en Europa de una nueva producción de Coppélia, con escenografía y vestuario nuevos y una revisión coreográfica y dramatúrgica. En Coppélia, la coreógrafa cubana cuenta con el bailarín bilbaíno Ygor Yerba como artista invitado en la representación prevista para el día 14. "Él y María Giménez se han unido al Ballet Nacional de Cuba como artistas invitados para esta gira. María protagonizará la función del día 24 de El lago de los cisnes en Barcelona. Ambos son dos grandes artistas que apenas bailan en España". A sus 77 años, Alicia Alonso no está dispuesta a tirar la toalla ni como coreógrafa ni como responsable del Ballet de Cuba. "Las coreografías me vienen a la mente como si mirara un espejo y yo no puedo dejar de transmitir lo que veo. Mi relación con el Ballet de Cuba es intensa, fuerte y duradera. Creé la compañía y es parte de mi vida desde hace 51 años y para siempre. Bailar ya no bailo, aunque en 1997 me subí al escenario del Metropolitan de Nueva York, donde me rindieron un homenaje y bailé una escena de El espectro de la rosa, pero fue una excepción". Sobre las revisiones que coreógrafos como Roland Petit han realizado de ballets clásicos adaptándolos a lenguajes contemporáneos, Alonso se mostró ayer reticente. "Es una cuestión de gustos. Si me gustara lo haría, pero no es así", selló tajante cuando se le preguntó sobre el tema. La coreógrafa cubana, que se felicitó por el restablecimiento de las relaciones políticas entre España y Cuba -"la relación de comunicación entre los dos países nunca debía haberse roto", aseguró-, impartirá a partir del próximo 8 de agosto un curso de verano en El Escorial, dentro de la cátedra de Danza de la Universidad Complutense de Madrid que lleva su nombre. "Llevo siete años impartiendo estos cursos. Muchos profesores de danza y alumnos de toda España acuden cada año para perfeccionar su metodología. Se tratan 15 temas diferentes, que van desde el maquillaje a la docencia, temas esenciales para los bailarines y los profesores. Es algo que me complace y me resulta my gratificante. Ello me obligará a vivir este mes de agosto a medio camino entre Madrid y Barcelona subida constantemente a un avión". Alicia Alonso explicó que ha creado un pequeño ballet de cámara en la fundación que lleva su nombre y que ella preside en Madrid con la voluntad de que en un futuro se pueda convertir en una gran compañía de ballet clásico en España. "Éste es un país del que surgen grandes bailarines, pero que no tiene una compañía clásica de forma estable para acogerlos, lo que les obliga a trabajar en el extranjero", concluyó.
Babelia
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