El Valencia hace un trabajo muy profesional
El equipo de Cúper vence al Hapoel Haifa y se asegura un hueco entre los grandes de Europa
El Valencia hizo un trabajo muy profesional para despachar a un equipo diminuto y abrirse paso en el club de los 32 mejores de Europa, competición que disputará por segunda vez en su historia (lo hizo antes en 1971). El grupo de Cúper incluso tuvo dos fases de cierta luminosidad (al principio del choque y mediada la segunda parte) cuyo valor queda relativizado por la escasa valía del rival. Pero hubo buenas noticias, como el despertar del Piojo López, que va entonándose a medida que va afinando su forma, el olfato goleador de Sánchez, que siempre está con la caña preparada, y la solvencia de Mendieta, a quien no dejó secuelas la desafortunada noche del sábado ante el Racing. Por lo demás, por fin entró el Valencia alguna que otra vez por las bandas (una de las obsesiones de Cúper) y por la izquierda llegó la jugada del Piojo, que, tras una pared con Mendieta, mandó al centro para que embocara Sánchez.Y, sin embargo, Cúper sigue luchando contra los genes, que se han incrustrado en el Valencia en forma de contragolpe, el rasgo que dejó grabado Ranieri. Y no hay forma de borrarlo. Intenta Cúper que su equipo elabore, mande y toque, y no hay duda de lo intentan sus hombres, pero, pasados los primeros momentos de obediencia, los jugadores dan rienda a sus instintos. Y juegan cómo saben: a contrapelo. El Valencia vive en la duda permanente, salvo que en esta ocasión no era el Racing el rival, sino el Hapoel, un conjunto limitadísimo.
VALENCIA 2
HAPOEL 0Valencia: Cañizares; Angloma, Djukic, Björklund, Faggiani; Angulo, Albelda, Mendieta; Farinós (Gerard, m. 70); Claudio López (Kily González, m. 85) y Sánchez. Hapoel Haifa: Awate; Talker, Halfon, Azulai (Ben-Margi, m. 67) , Shelach, Amsalem; Ulianov, Turgeman (Leibovich, m. 74), Rosso, Milenko; y Sivilia (Nissim, m. 58). Goles: 1-0. M. 60. Bella pared por la izquierda entre Mendieta y Claudio Piojo López, que centra al interior del área pequeña y allí, solo, emboca Juan Sánchez. 2-0. M. 66. Sánchez, de disparo cruzado después de una combinación por el centro del ataque con Claudio López. Árbitro: Anders Frisk (de Suecia). Amonestó a Talker, Milenko, Sivilia y Nissim. Unos 25.000 espectadores en el campo de Mestalla.
Y eso que el arranque valencianista resultó esperanzador. El caso es que, transcurridos 20 minutos, el Valencia podía haber llenado un saco de goles pero no tenía ninguno. Se desperdició tanto, que el grupo de Cúper acabó cayendo en picado. Entró en una fase desmañada en la que quedó a su vez plenamente retratado el Hapoel Haifa, que sólo se asomó una vez al balcón de Cañizares. Previamente, Cúper el inmutable había desmentido en la alineación a todos los periodistas que, ávidos de novedades, habían supuesto un par de cambios en el equipo titular respecto al grupo que perdió el sábado ante el Racing. No hubo ninguno.
La entrada en la segunda parte fue tan plomiza como el final de la primera: el Valencia estaba contento de que no pasara nada; y el Hapoel, para qué engañarse, también (bastante grande ya le venía que el marcador no se moviera). En realidad, sólo el descaro de Farinós y la perseverancia de Mendieta reservaban alguna emoción subida de tono a la parroquia. Precisamente el capitán Mendieta interpretó perfectamente la pared que le había marcado la carrera por la izquierda del Piojo López, que centró hacia atrás para que Sánchez hiciera lo que sabe: ubicarse en la boca de gol para marcar. El gol despertó a más de uno que se había quedado traspuesto, pero sobre todo despertó al equipo, que a partir de entonces jugó mucho más alegre y relajado. Aunque fuera por unos minutos. Este estado de ánimo lo simbolizó más que nadie Piojo López, que cogió carrerilla en ese instante y fue el de antaño. Cúper, que así lo percibió, sustituyó al Piojo para que se llavara el agasajo del público.
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