Jordi Borja reclama nuevas ideas para aspirar a la igualdad ciudadana

Jordi Borja, urbanista catalán y ex teniente alcalde de Barcelona por Iniciativa per Catalunya durante el mandato de Pasqual Maragall, pidió ayer en Valencia la promulgación de derechos de los ciudadanos para aspirar a la igualdad en las ciudades. En la conferencia inaugural de los XVIII Premis Octubre de Valencia, Borja reclamó un "esfuerzo de imaginación" para conseguir nuevas fórmulas aunque en un principio puedan ser ilegales.

Se refirió el autor del libro Local y global, escrito en colaboración con Manuel Castells, a la dificultad que entraña para las instituciones generar y recuperar espacios públicos privados o que sean objeto de competencia entre distintas administraciones. En este sentido cobra relevancia en el debate la legitimidad de acciones como el movimiento okupa o la de ir actuando en un espacio, por ejemplo, que impide la apertura de la ciudad al mar -aludía Borja a la Barcelona preolímpica-. El prestigioso urbanista, que ha participado en la configuración de la Barcelona comtemporánea, defendió el derecho a la ilegalidad, y se preguntó cómo es posible cambiar la legalidad si no se pasa antes por momentos de ilegalidad. Recordó la sentencia absolutoria de un juez de Girona que estimó que la Constitución ampara la propiedad privada, pero también la importancia pública de un edificio que se mantiene cerrado más de diez años.Con todo ello, Jordi Borja, que actualmente asesora varios proyectos urbanos en Latinoamérica, pretendió ilustrar su discurso sobre la necesidad de "reinventar el derecho a la ciudad", del mismo modo que existe el derecho a la educación o a la vivienda. Un sistema que incluya el "derecho a quedarse si quieres en el lugar en el que vives", el lugar que es símbolo y un referente, que tiene valor para el que lo habita.

Ese derecho a la ciudad global debe recoger también un conjunto de derechos de diferente tipo, como el derecho a la movilidad de la gente, a acceder a las nuevas tecnologías, a tener un entorno gratificante, o incluso el derecho a crear en las ciudadades refugios para gente que vive fuera de la legalidad.

Previamente, el urbanista había recordado que no todos los ciudadanos tienen los mismos derechos, y trazó una clasificación descendente que va desde el ciudadano español residente en la ciudad hasta el extracomunitario e ilegal.

Pero en uno de los aspectos en que más incidió Borja es en la necesidad de realizar un "esfuerzo de imaginación" y plantear nuevas ideas encaminadas a buscar la igualdad, y por tanto la cohesión social, en un espacio como la ciudad, que es "uno de los productos más complejos y permanentes de la humanidad, más que la nación o los estados". Abogó en este punto por un compromiso de los intelectuales para dar ideas, entendiendo como intelectuales a todos aquellos profesionales de distinta procedencia que tienen unos determinados conocimientos y una experiencia que transmitir.

También comentó el primer conferenciante del V Congrés de Pensament, coordinado por Gustau Muñoz y Pau Viciano, que en la actualidad cualquier sistema de ciudades -áreas metropolitanas que definen mejor lo que es una ciudad- tiene la oportunidad de crecer. Por otra parte, Borja apuntó que Barcelona está ahora mucho más expuesta a los intereses privados de las inmobiliarias que hace unos años.