El alza de precios y el "efecto 2000" retraen la demanda de viajes y hoteles
El alza de precios generalizada y la perspectiva del cambio de milenio, con las eventuales consecuencias del efecto 2000, han provocado que sectores del turismo hayan sufrido un auténtico vaivén en los últimos meses en Barcelona. El retraimiento de la demanda ha motivado que las agencias de viajes hayan tenido que rebajar a última hora sus tarifas en un 40%. Turismo de Barcelona prevé que debido a esas circunstancias la ocupación hotelera de la ciudad será inferior a la del año pasado y caerá por debajo del 80%.
Hace dos meses, un hotel de cinco estrellas de Barcelona tenía todas las reservas completas para la noche de fin de año, pero la mayoría de ellas fueron anuladas por la prohibición de viajar que han impuesto muchas compañías internacionales a sus directivos como medida de precaución ante el llamado efecto 2000. Poco después, ese mismo hotel volvía a tener el cartel de completo con clientes que habían hecho nuevas reservas.Al efecto 2000 se ha sumado cierto retraimiento del turismo europeo, como el italiano y el francés, que en los últimos años venía llenando los hoteles de Barcelona para fin de año. "Está claro que es un 31 de diciembre muy especial y personas que suelen viajar en estas fechas han decidido quedarse en sus casas y con la familia para celebrar el cambio de milenio", explica Raimon Martínez Fraile, director de Turismo de Barcelona. En cambio, se está produciendo un incremento del turismo interno de Cataluña y, dentro de éste, del de la propia ciudad. Si el año pasado un 10% de la ocupación hotelera de Barcelona correspondía a residentes de la propia ciudad, este año se superará esa cifra.
Martínez Fraile admite que otro factor disuasorio de la demanda hotelera ha sido la considerable subida de precios, que se concentra en el fin de semana próximo. Según Martínez Fraile, la subida no se puede cuantificar porque cada empresario o propietario de cadenas hoteleras ha impuesto su criterio: "Los hay que han sido prudentes y si el año pasado cobraron 30.000 pesetas por la última noche del año este año incrementarán el precio hasta las 40.000", puntualiza, y añade que posiblemente haya hoteleros que se "pillen los dedos" por unas subidas desmesuradas. "Algunos han optado por tarifas moderadas porque prefieren un cliente fiel que vuelva a su establecimiento si regresa a Barcelona. Otros, en cambio, prefieren asegurar el negocio de una noche", continúa.
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