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Un general español mandará a los 50.000 soldados de la OTAN en Kosovo

Miguel González

El general español Juan Ortuño Such, actual jefe del Cuerpo de Ejército Europeo, tomará próximamente el mando de los casi 50.000 soldados que la OTAN tiene desplegados en Kosovo. Aunque aún no se ha tomado la decisión oficial, el ministro alemán de Defensa, Rudolf Scharping, y su homólogo español, Eduardo Serra, dieron ayer por hecho que el cuartel general del Eurocuerpo, con el general Ortuño a la cabeza, tomará el próximo mes de abril el relevo al frente de la Fuerza Internacional de Seguridad para Kosovo (Kfor).

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Una serie de coincidencias harán posible que un general español esté al frente de la primera operación real de la historia del Eurocuerpo, una unidad nacida con la vocación de convertirse en embrión del futuro Ejército europeo. El pasado 26 de noviembre, el teniente general Juan Ortuño tomó el mando de su Estado Mayor, con sede en Estrasburgo (Francia), integrado por 330 militares de Francia, Alemania, Bélgica, España y Luxemburgo. Ortuño accedió a dicho cargo por turno rotatorio y lo ocupará durante un periodo de dos años.Los cinco países miembros del Eurocuerpo ofrecieron a la OTAN la posibilidad de que su Estado Mayor relevase al frente de la operación en Kosovo a los cuarteles generales aliados.

Los casi 50.000 soldados de la Kfor están dirigidos actualmente por el general alemán Klaus Reinhardt, en su calidad de Mando Aliado para Centroeuropa (Landcen), quien en octubre pasado sustituyó al británico Michael Jackson, que dirigió la ocupación de Kosovo tras la retirada del Ejército Federal Yugoslavo. En abril próximo el general Reinhardt debe ser relevado a su vez y, en principio, todo apuntaba a que el testigo lo tomaría el cuartel aliado de Verona (Italia).

El ofrecimiento del Eurocuerpo para asumir esta misión fue acogido inicialmente con recelo en el seno de la OTAN, por tratarse de una unidad ajena a la estructura aliada de mandos, aunque tenga suscrito un acuerdo de colaboración. Sin embargo, el comandante supremo de la OTAN para Europa, el general estadounidense Wesley Clark, ha emitido recientemente un informe favorable a la oferta.

La decisión se ha sometido al procedimiento de silencio positivo, que supone su aprobación si ningún país se opone a la misma. Italia, que inicialmente pidió un plazo de reflexión, pues suponía descartar al cuartel de Verona, ha dejado transcurrir el plazo sin presentar objeciones.

Turquía, que también reclamó tiempo para pensarlo, sorprendió ayer solicitando el ingreso en el Euroejército. Se trata de una demanda embarazosa, pues los cinco socios del Eurocuerpo han descartado admitir más miembros para no restarle eficacia. La petición de Ankara se inscribe, según las fuentes consultadas, en su temor a quedar aislada de la incipiente Identidad Europea de Seguridad y Defensa.

En todo caso, el Estado Mayor del Eurocuerpo deberá reforzarse con representantes de los demás países con tropas en Kosovo. Lo normal sería que el general Ortuño asumiera el mando en abril, por un periodo de seis meses, aunque el relevo podría retrasarse hasta junio para completar la composición del nuevo cuartel general.

Los mayores contribuyentes a la Kfor son el Reino Unido (13.000 militares), Alemania (8.300), EEUU (7.500), Francia (7.000), Italia (3.700), Holanda (2.000) y España (1.200).

Aunque la decisión de que el Eurocuerpo tome el mando de la operación en Kosovo aún no es oficial, el ministro alemán de Defensa, Rudolf Scharping, y su homólogo español, Eduardo Serra, con alguna cautela, la anunciaron ayer públicamente.

La designación del Cuartel General del Eurocuerpo supone el bautizo de fuego de esta unidad creada en 1992 por el presidente francés François Mitterrand y el canciller alemán Helmut Kohl, ya que hasta ahora sólo algunos de sus oficiales habían sido destinados individualmente a Bosnia. Su estreno se producirá, significativamente, en una operación bajo dependencia de la OTAN.

Serra y Sharping, que ayer se reunieron en la localidad mallorquina de Deià, rechazaron cualquier paralelismo entre los conflictos de Kosovo y Chechenia alegando, para justificar la pasividad occidental en este último caso, que en la provincia serbia hubo "una guerra por motivos étnicos y un desplazamiento masivo de población", que ponía en riesgo la estabilidad de Europa.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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