El 'capitán Kiko' toma el mando
Kiko Narváez se estiró para cabecear un centro a la red, se lo vio haciendo esfuerzos de malabarista para rematar en el área de la Real Sociedad, pisó el borde del área chica enemiga con Gurrutxaga y Pikabea colgados de sus hombros. Tuvo la portería donostiarra entre las cejas durante los 90 minutos. "Es que estoy loco por marcar, por tener la sensación de meter un gol", confesó al terminar el partido. No necesita otra cosa para convertirse en un personaje omnipresente en el Atlético. Ahora que también es capitán no necesita más.No necesita más para desmentir los rumores que surgieron hace unos meses, al término del verano. Mensajes desoladores cuando llevaba nueve meses fuera de los terrenos de juego, recuperándose de la operación de sus dos tobillos. Se dijo que nunca más volvería a jugar al fútbol, que era irrecuperable. "Se decían cosas que me afectaban", se lamentó Kiko antes de reaparecer. Y cada día que pasa, las desmiente.
Ayer, Kiko reveló que a partir de ahora se pondrá el brazalete de capitán porque "las cosas han vuelto a la normalidad". Frente a la Real se convirtió en el tercer capitán del Atlético, por detrás de Toni y Juanma López según el orden de antiguedad. Lleva jugados cinco partidos de Liga y dos de Copa desde su reaparición. Frente al Rayo reanudó su cuenta personal de asistencias, con un pase de gol a Aguilera. Ahora, que es capitán, sólo le queda meter goles.
El jerezano, de 28 años, no ha esperado a que la situación de inestabilidad institucional que se vive en el club se contagie al vestuario. Ha dado un golpe de mano. De su decisión se desprende un aroma a revancha. Imbuido en el poder que le concedió ser el entrenador del campeonato de Liga y Copa de 1996, Radomir Antic manipuló el vestuario a su gusto. Removió a sus viejos capitanes -Solozábal y Simeone se cambiaron de equipo-, marginó a otros -Toni- y nombró a quien se acomodaba a sus intereses: Santi.
Kiko ha resuelto el agravio que le supuso ser marginado de la capitanía por imposición repentina del ex entrenador del Atlético: "Por orden de antiguedad en el club, que es el criterio que siempre se ha impuesto, los capitanes somos Toni, López y yo. Cuando vino Antic puso a Santi. Pero ahora las cosas han vuelto a la normalidad. Y yo soy más antiguo que Santi".
El técnico, Claudio Ranieri asegura que no tiene nada que ver en el cambio de jefes. Después del encuentro contra la Real, comunicó la capitanía de Kiko con una sonrisa: "Los jugadores se han juntado y han hablado entre ellos, y por mí, mientras más líderes haya en el vestuario mejor".
Kiko no termina de encontrarse con Hasselbaink, su compañero en el ataque del Atlético -y otro líder en ciernes-. "Todavía no hemos ensayado ningún método para mandarnos señales en el campo. Con Vieri nos silbábamos. Con Jimmy, igual uso el látigo. Mis opciones de pase son Jimmy y los dos extremos... Pero todavía queda media temporada para que nos entendamos".
"Tarjeta púrpura"
Hasselbaink, por su parte, fue sometido a un marcaje pegajoso por parte de un debutante realista de 19 años de nombre Gurrutxaga. El central vasco, que confesó tener un poco de "miedo" ante la papeleta de marcar a Kiko y Hasselbaink hizo un buen trabajo pero terminó expulsado. "La segunda amarilla fue injusta", opinó. Del otro lado discrepó Hasselbaink: "No sólo se mereció la amarilla y la roja. Si hubiera existido la tarjeta púrpura, a Gurrutxaga deberían habérsela mostrado".
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