Amamantar a un hijo, carrera de obstáculos
Soy una mujer trabajadora de 29 años. El 29 de septiembre de 1999 di a luz un niño precioso. Ahora, en enero me he tenido que incorporar a mi puesto de trabajo y, por supuesto, he tenido que buscar una guardería para dejar a mi pequeño.Como es de suponer, me he preocupado por buscarle la mejor con el inconveniente de dejarme medio sueldo en el pago del centro.
Pero eso es algo que no importa, ahora lo primero es el niño.Durante mi baja maternal me he preocupado de informarme sobre los derechos que tengo como madre de un bebe, entre los cuales se halla el tener una hora al día para darle de mamar.
Algo muy plausible, ya que la Organización Mundial de la Salud, la Comunidad de Madrid (en una carta reciente enviada a mi domicilio) y los pediatras aconsejan el dar de mamar al niño hasta los seis meses.
Se sabe que la leche de la madre es la mejor para el buen desarrollo del niño y es la mejor medicina preventiva.
Por todo ello, he hablado con los responsables de mi empresa, los cuales me apoyan totalmente, para poder tener mi centro de trabajo cerca de la escuela infantil y poder ir a dar de mamar al niño dentro de mi horario laboral, haciendo uso de la hora que legalmente me pertenece.
He conseguido que me trasladen a una oficina a tres minutos de la escuela y me den libertad para salir y darle las dos tomas necesarias para la buena alimentación del bebé.
Pero, cuál es mi sorpresa cuando en la escuela del niño me ponen problemas para ir a darle de mamar las dos tomas.
Primero me dicen que en 18 años de apertura del centro no se les había dado el caso, lo cual me asombra aún más, porque eso quiere decir que las mamás que trabajan dejan todas de darle el pecho algunas tomas del día.
Y, además, debido a la extrañeza (¿) del caso no tienen ningún lugar habilitado donde poder dar de mamar al niño dentro del centro.
Es decir, no tienen un hueco donde instalar una silla, que es lo único necesario para el complicado (¿) proceso. Siendo, por otro lado, una norma del centro, de la cual no se me informó a la hora de matricularlo, el llevar a los niños destetados.
Debido al asombro con el que he recibido la noticia, llamé a la Oficina de Información del Consumidor y me contestaron que había un vacío legal y que yo estaba obligada a acatar las normas de la escuela.-
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