Divulgar el ensamblaje molecular
En la Facultad de Química de la Universidad del País Vasco (UPV), en el campus de San Sebastián, se da una de las más altas concentraciones de erudición científica en España, de fácil constatación a la vista del prestigio internacional de que gozan muchos de sus departamentos y profesores, así como las líneas de investigación básica y aplicada que tiene abiertas. Sólo con el recitado de nombres como Pedro Miguel Etxenike, Juan Colmenero, Jesús María Ugalde, José María Asúa o Toribio Fernández Otero se advierte la dimensión académica de esta facultad, que en octubre cumplirá 25 años.Cubierto un cuarto de siglo, la Facultad de Química es puntera en el estudio de los polímeros, aunque también despunta en otras áreas, como la física del estado sólido o la química teórica, por citar algunas. Su solvencia científica está respaldada por su innegable reputación internacional y certificada por una cartera de clientes brillante. Los trabajos realizados para el ámbito tecnológico están siendo aplicados en empresas como Elf-Aquitane, Dupont, Shell, National Cancer Institute (NIH), Repsol, Basf, Fagor o Cegasa.
La Facultad de Química, creada en 1975 bajo la dirección de Gonzalo Martín Guzmán, cuenta hoy con 800 alumnos y 100 doctorandos, y está asociada a 30 universidades europeas. Tres de sus catedráticos han recibido el premio Munibe del Parlamento vasco por su labor investigadora, y acapara siete de los 12 grupos de investigación de alto rendimiento concedidos por el Gobierno vasco. El físico Etxenike, premio Príncipe de Asturias en 1998, es su señuelo.
Este inmaculado bagaje ha simplificado el esfuerzo para confeccionar el programa de actos para conmemorar sus bodas de plata. Entre los atractivos del calendario sobresale la asistencia de dos premios Nobel en Química, muy distintos ambos por el ámbito en que desarrollan su tarea científica. El francés Jean-Marie Lehn, galardonado en 1987 por examinar el comportamiento selectivo de las moléculas en el proceso biológico, lo que se ha conocido como la química molecular, pronunciará una conferencia sobre esta misma materia.
El polaco Roald Hoffmann, premiado en 1981 por sus teorías sobre la mecánica cuántica para predecir el curso de las reacciones químicas, cerrará en octubre este ciclo conmemorativo con una disertación sobre Las implicaciones sociales de la química en la vida. Es un convencido de la necesidad de cambiar la visión general de la ciencia entre la gente, lo que le ha empujado en los últimos años a concentrar sus empeños en divulgar mediante la escritura los secretos de la química.
El programa de actos incluye, además, una docena de conferencias a lo largo de diez meses, una jornada de puertas abiertas en las instalaciones de la facultad a mediados de abril, una reunión de ex alumnos, un congreso sobre el euskera técnico y una jornada institucional, como cierre, que contará con la citada participación didáctica de Hoffmann.
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