Miles de personas salen a la calle en Viena contra la ultraderecha

Más de 15.000 personas se echaron ayer a la calle en Viena en una "acción espontánea" convocada por intelectuales y grupos antixenófobos que, bajo el lema de No a la coalición con el racismo, intentaban evitar la participación del Partido Liberal, presidido por Jörg Haider, en el próximo Gobierno de Austria. La presencia de esa formación, de tendencia populista y ultraderechista, en un Gobierno de coalición con el Partido Popular austriaco podría ser anunciada hoy mismo por el presidente Thomas Klestil.

Klestil declaró a un medio de comunicación que, seguramente, se verá obligado a entregar el Gobierno a esa coalición, aunque sea en contra de su deseo. "En una democracia hay que respetar una mayoría parlamentaria. No cuentan los estados de ánimo personales", declaró el presidente, miembro del Partido Popular. La unión del Partido Liberal y del Partido Popular forma una mayoría de 104 escaños en un Parlamento de 183. Frente a esta aritmética indiscutible, miles de austriacos rompieron ayer el clima de resignación con el que habían asistido a esta crisis y se echaron a la calle para pedir a la clase política que "ponga fin a esta pesadilla". Los gritos en las calles en Viena se unieron así a los de la mayoría de los Gobiernos europeos, que ayer insistieron en sus amenazas de aislar políticamente a Austria si se consuma la presencia de la ultraderecha en el Gobierno. El ministro alemán de Exteriores, Joschka Fischer, advirtió ayer de que Haider constituye una amenaza para Europa porque su estrategia es llegar a la cancillería y "extender su ideología racista y antieuropea" por el resto del continente. El Parlamento Europeo consiguió ayer consensuar una declaración que respalda la advertencia hecha el lunes por los 14 jefes de Estado de romper relaciones políticas con Viena. La reunión puso en evidencia la división entre los conservadores europeos sobre cómo reaccionar frente a sus correligionarios austriacos.