Curioso inagotable
Enrique Fibla, valenciano de 53 años, casado y con dos hijas, lleva en Fepyr prácticamente toda su vida laboral. "Eso, que en algún momento pudo ser un hándicap, es ahora un lujo", confiesa convencido. "Fepyr es una empresa interesante y con muchas posibilidades de aprendizaje".Pero el presidente ha intentado que su ligazón con la compañía la marcara él y no a la inversa. "Creo que he tomado decisiones arriesgadas. Lo fácil después de veintitantos años como director general hubiera sido continuar siéndolo hasta mi jubilación, pero en un momento dado me dí cuenta que me apetecía desvincularme un poco del día a día y concentrarme en un proyecto determinado, y así lo hice".
Fibla tomó esta decisión con una clara determinación de no volver atrás. "Escogí la internacionalización porque me interesa especialmente. Soy una persona tremendamente curiosa y el hecho de trabajar con otras culturas, otras personas y organizaciones, es un estímulo para mí", comenta.
"Las escaleras de los aviones me motivan, por lo menos de momento", confiesa divertido este empresario. Convencido desde hace años de la importancia de la calidad, la I+D y la comunicación, Fibla ha introducido a Fepyr en todos aquellos foros, públicos o privados, sensibles a estas cuestiones. El industrial preside el Club de la Calidad de la Comunidad Valenciana, pertenece al consejo rector del instituto tecnológico de la madera Aidima, y es miembro activo del consejo de dirección de la empresa. En cuanto a sus aficiones a Enrique Fibla lo que más le gusta es viajar, ver y estar con su gente. "Casi todo lo bueno", reconoce.
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