Zabalgarbi
A principios de este año la Diputación Foral de Bizkaia hacía pública su intención de iniciar antes de este verano las obras de la incineradora de basuras Zabalgarbi. Tras un largo proceso y múltiples interrogantes en torno a factores como la capacidad de generación eléctrica, el volumen de tratamiento de residuos o el presupuesto del proyecto, las dudas han ido despejándose, al punto de encontrarnos en la antesala de uno de los proyectos más agresivos que actualmente planean sobre el medio ambiente en Vizcaya.En su trayectoria, los responsables del Medio Ambiente en Bizkaia, Miguel Ángel Villanueva y, sobretodo, Mª Esther Solabarrieta, han tenido que sortear múltiples escollos como los derivados de una intensa oposición social a este proyecto. Ni la campaña publicitaria lanzada, ni el cambio de ubicación de la planta de Venta de Sakoni (Erandio) a Artigas (Bilbao) han arredrado a un intenso movimiento ecologista y vecinal, que ha venido puntualmente exigiendo la paralización de Zabalgarbi y la apertura de un amplio debate en torno a modelos de tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos (RSUs) económica y ambientalmente más viables que el propuesto por la incineración.
Las motivaciones de Solabarrieta y de quienes desde el PNV y el PSOE encubren silenciosamente esta incineradora de basuras son manifiestamente económicas. Gastar el 70% del presupuesto del Plan integral de gestión de RSUs 1997-2001 (25.000 millones) en una infraestructura a la que se le supone el tratamiento del 23% de las basuras de Bizkaia es un hecho lo suficientemente significativo como para constatar la evidente conexión de los gestores de este proyecto con multinacionales como la francesa Vivendi-Generale des Eaux, encargada de la gestión del agua y de los residuos en varios países.
Pese al reiterado deseo de vender la incineradora como una moderna instalación de tratamiento de residuos domésticos, la verdad es que Zabalgarbi no es mas que una central térmica de ciclo combinado, cuya principal fuente de alimentación es el gas natural (43´5%).
En Bizkaia Bizirik y Ekologistak Martxan seguimos creyendo que el futuro de las basuras en Bizkaia debiera pasar por políticas efectivas de tres erres (reducir, reutilizar y reciclar), que invirtiesen la actual tendencia de esta sociedad consumista y derrochadora y el denodado afán de sus políticos por sacar el máximo beneficio de tratamientos tan nocivos para el medio y la salud como el vertido y la incineración.- .
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