Los sondeos electorales del 12-M pronosticaron un error casi idéntico

Ningún sondeo electoral pronosticó que el PP vencería por mayoría absoluta ni estimó la gravedad del descalabro de la izquierda. Prácticamente todas las encuestas publicadas el domingo antes de las elecciones estimaban la misma distancia (entre cuatro y cinco puntos) entre los dos primeros partidos. También casi todos los sondeos realizados el día 12 a pie de urna tuvieron el mismo fallo: infravaloraron al PP y sobreestimaron las posibilidades del PSOE. El interrogante que surge es si errores tan coincidentes obedecen a algún acuerdo entre las empresas demoscópicas.

Pilar del Castillo, presidenta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) no cree que la coincidencia obedezca ni a la casualidad ni, mucho menos, a una hipotética colusión entre los responsables de las empresas de sondeos. Afirma que, simplemente, todos observaron la misma realidad, le aplicaron unas técnicas de interpretación similares y llegaron a una conclusión parecida.José Ignacio Wert, presidente de Demoscopia, la empresa que realiza las encuestas que publica EL PAÍS, admite que le hubiera "gustado ser más valiente" a la hora de interpretar lo que decían los datos, pero está convencido de que "probablemente" la próxima vez hará lo mismo. Los datos de la encuesta le decían que el elector del PP estaba muy decidido a votar, mientras que el del PSOE dudaba: "no estaba movilizado".

Pilar del Castillo añade que el trabajo de campo terminó unos 15 días antes de la cita electoral, que en esos momentos se recogió "un voto directo muy significativo para el PP", pero había "una serie de incertidumbres" -como en qué medida movilizaría el pacto PSOE-IU al electorado de izquierdas- que "exigían cautelas por la historia reciente".

Esa historia, según todos los analistas consultados, se resume en que los sondeos de 1993 y 1996 infravaloraron el respaldo que finalmente obtuvo el PSOE. La cautela llevó unas estimaciones de cocina que corregían a la baja el resultado del PP y al alza el del PSOE.

Jorge Clemente, director general de Eco-Consulting, también subraya que en anteriores elecciones los sondeos "daban un sobredimensionamiento del voto del PP y una ocultación del voto del PSOE". Las estimaciones de las empresas de sondeos para el 12-M intentaron corregir ese error del pasado y, a cambio, introdujeron el de este año: pronosticar una mayoría minoritaria para el PP que le habría obligado a pactar con los nacionalistas y un descenso del PSOE que no parecía totalmente insalvable.

Del Castillo, Wert y Clemente subrayan que el trabajo de campo de los macrosondeos que se publican una semana antes de las elecciones concluye casi 15 días antes de la cita con las urnas, es decir, cuando está empezando la campaña electoral. Y la campaña, según puede verse después, a veces influye decisivamente en los votantes y en ocasiones no tanto. El 12-M, a juzgar por la comparación entre encuestas y resultados, parece de las segundas, mientras que en 1993 y en 1996 el PSOE sí logró en la campaña movilizar a sus votantes.

Un interrogante de imposible respuesta es qué habría ocurrido si los sondeos del día 5 hubieran pronosticado, como decía la intención directa de voto, un resultado más cercano a lo que después ocurrió.