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Vecinos paran una obra junto al túnel de la Alcazaba de Málaga por su desahucio

Las grietas son un quebradero de cabeza para el equipo de gobierno popular del Ayuntamiento de Málaga. Ayer, unos 30 vecinos se plantaron frente a las excavadoras y paralizaron la obra de los aparcamientos que se construyen junto a la Alcazaba, en protesta por el desalojo dispuesto por la Gerencia de Urbanismo ante el deterioro de sus viviendas. Los concentrados adoptaron la medida porque creen que las fisuras aparecidas en sus casas se deben al parking ubicado a la salida del túnel, una de las obras más emblemáticas y polémicas de la gestión de la alcaldesa, Celia Villalobos. La protesta, en la que incluso algunos vecinos llegaron a encadenarse a las máquinas, se prolongó durante casi diez horas. A media tarde, los manifestantes depusieron su actitud después de que el Ayuntamiento se comprometiera por escrito a garantizar ayudas para la mudanza y el alquiler en pisos de la zona. Los vecinos, de extracción humilde, habitan desde hace más de veinte años el inmueble del callejón de Callao número 3, un edificio de los años sesenta ubicado en el centro, por el que pagan alquileres de entre 3.000 y 25.000 pesetas mensuales.

"El túnel tiene la culpa", coreaban los vecinos. Sus gritos ahogaban las palabras del concejal de Urbanismo, Francisco de la Torre, que insistía que el deterioro de las viviendas es "histórico". Según el edil, los daños no se deben a las obras del túnel sino a que durante 10 años el dueño del edificio ha hecho caso omiso a los reiterados requerimientos para que acometiera mejoras. "Le están haciendo el juego a la propiedad", sostuvo.

Pese a que, según el edil, hay documentos que demuestran "problemas estructurales" del edificio desde 1990, hasta la semana pasada los técnicos no habían aconsejado el desalojo cautelar. La medida afecta a una treintena de vecinos y se hará en tandas. El primer grupo deberá abandonar las viviendas el jueves. El Ayuntamiento se hará cargo de los gastos del realojo y cubrirá hasta el 90% de los nuevos alquileres. Si el edificio es recuperable, el consistorio obligará al propietario a acometer la rehabilitación o la hará subsidiariamente. De lo contrario, el Ayuntamiento les garantizará viviendas sociales.

El portavoz socialista, Francisco Oliva, insistió en que el deterioro era soportable, pero que con la obra se ha agravado: "La lógica está por encima de cualquier informe técnico".

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