La ilusión, de menos a más
Dice la regla que el novillero debe permanecer en el escalafón el tiempo justo, breve siempre, para demostrar condiciones para ser matador de toros. Cuando esta regla se rompe, el torero se descompone y la ilusión se desvanece.Benítez debutó en Sevilla en junio del 95. Hace una eternidad. Habrá luchado contra el tiempo, contra el olvido y contra sus propias carencias. Ha cortado orejas en Sevilla que sólo le han servido para volver al año siguiente. Por fin se anuncia su alternativa en esta plaza. Y, ahora, precisamente, ahora, no tiene ilusión. ¿Quién entiende esto?
Benítez ofreció una imagen de hombre derrotado, sin ideas, sin ánimo; con un toreo vulgar, sin confianza y a merced de sus enemigos.
Domecq / Benítez, Bricio, Girón Novillos de Juan Pedro Domecq, desiguales de presencia, mansos y nobles
Juan Manuel Benítez: silencio en los dos.Antonio Bricio: aviso y ovación; silencio. César Girón: ovación; aviso y ovación. Plaza de la Maestranza, 21 de mayo. Novillada de abono. Más de media entrada
El mexicano Antonio Bricio lleva menos tiempo vestido de luces y se le nota que aún tiene la ilusión intacta. No triunfó, pero tiene maneras de torero clásico. Lo que ocurre es que el hombre propone y el toro y la inexperiencia descomponen. Maneja el capote con soltura y escasa profundidad. Mejora con la muleta, aunque no pudo demostrarlo ante el primer novillo. Tiene hechuras, se coloca bien, es valiente, pero se dejó enganchar la muleta en cada derechazo. Superó el toreo natural en una sola tanda de pases ceñidos y templados y un precioso cambio de manos que hicieron olvidar lo anterior. Con el quinto, un novillo parado e incómodo, estuvo muy serio pero con escaso brillo.
Y la ilusión desbordante la tiene César Girón. Sobre este chaval pesa el tópico de la sangre torera; no en vano es hijo del rejoneador Antonio Ignacio Vargas y nieto de César Girón. Respondió a la expectación con una actitud encomiable, inexperto todavía, pero con un toreo auténtico, con conocimiento de suertes y terrenos. Sorprendió con verónicas plenas de gracia y emocionó con dos tandas de redondos extraordinarios, en un palmo de terreno, quieta la planta, ligados con largos pases de pecho. El último novillo llegó a la muleta sin fijeza. No obstante, Girón lo toreó al natural con altibajos pero con decisión.
Bronca a Curro Romero
Curro Romero fue abroncado en la corrida que se celebró ayer en Zaragoza, en tanto Enrique ponce oyó pitos y Juan Bautista cortó una oreja, informa Efe.
Con tres cuartos de entrada se lidiaron cinco toros de Montalvo y sexto, sobrero de Teófilo Segura. Curro Romero, división y bronca. Enrique Ponce, silencio y pitos. Juan Bautista, aviso y ovación; a viso y oreja.
Barcelona. Un cuarto de entrada. Cuatro novillos de Retamar y dos de Los Cierros, con trapío, informa Pau Nadal. Sergio Peña, aviso y ovación; oreja. Sánchez Vara, ovación; aviso y vuelta. Álvaro Gómez, aviso y aplausos; oreja.
Babelia
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