Francia y Alemania impulsan la defensa común europea con un avión y un satélite de uso militar
Alemania y Francia abordarán dos de las grandes deficiencias de la defensa común europea hoy en la cumbre bilateral que mantendrán los dirigentes de ambos países en Maguncia y anunciarán su intención de construir el gran avión de transporte militar sobre la base del proyecto Airbus (A 400 M) y de colaborar para la puesta en órbita de un satélite conjunto franco-alemán. Medios gubernamentales alemanes confirmaron la apuesta por el Airbus como base para el avión destinado al despliegue rápido de unidades ligeras y la renuncia al avión basado en el proyecto ucranio-ruso Antónov-70.
El satélite de espionaje europeo ha sido un proyecto manejado en más de una ocasión para reducir la dependencia de EEUU en este sentido y, según fuentes del Gobierno alemán, "la guerra de Kosovo demostró la necesidad". Según las mismas fuentes, en el futuro el proyecto franco-alemán se abrirá a otros países europeos. En 1997, el entonces canciller Helmut Kohl ya barajó un proyecto en el mismo sentido, pero se descartó por su elevado coste. Ahora, el abaratamiento de la tecnología y la negativa de EEUU a compartir sus satélites, han animado al actual Gobierno alemán a apoyar la iniciativa.Mientras, la decisión económica y política tomada por Alemania al decantarse por el A400M ha causado irritación en Moscú y es previsible que sea abordada por el presidente Vladímir Putin la semana próxima en su visita a Berlín. El ministro de Defensa ruso, Igor Serguéiev, ha suspendido una visita previa a Berlín debido al malestar causado por la decisión alemana, anticipada ya hace varias semanas por el ministro de Defensa, Rudolf Scharping. Medios gubernamentales alemanes afirmaron que la anulación se debía al malestar causado por la decisión alemana. Medios rusos aseguran que la anulación no estaba relacionada con el rechazo del Antónov.
Al decidirse por el A400M Alemania toma una decisión económica y política que ha aplazado de forma reiterada y se suma a los seis países (Bélgica, Francia, Italia, Reino Unido, España y Turquia) que ya habían anunciado su propósito de encargar un total de 160 aviones A 400 M. El empujón decisivo lo ha dado el Gobierno británico, que, a mediados de mayo, anunció su intención de invertir 935.000 millones de pesetas en el A 400 M. El consorcio Airbus aglutina a la Bae Systems (antigua Britsh Aerospace), con un 20%, y la European Aeronautic Defense and Space Company (EADS), con un 80%. La EADS está integrada por la francesa Aerospatiale Matra, la alemana Dasa y la española Casa, en cuyas dependencias sevillanas se montará el A400M. Los nuevos aviones de transporte militar pueden estar disponbles a partir de 2007 y competirán con el C-130J, el último modelo Hércules norteamericano, hasta ahora sin rival.
Medios gubernamentales alemanes insistieron ayer en que la defensa común europea necesita una base material europea y señalaron que la crisis de Kosovo mostró la necesidad de recursos propios en el campo del espionaje vía satélite y el transporte militar. Los medios manifestaron que el Schröder es consciente de la importancia del proyecto Antonov-70, pero afirmaron que "se debe partir de las realidades europeas".
Un estudio del Ministerio de Defensa alemán, citado por la revista Fokus, concluyó que el Antonov-70 era superior al A400M en algunos parámetros técnicos y operativos, podía ser suministrado más rápidamente y era un 13% más barato que su competidor occidental, que cuesta 14.450 millones de pesetas. El A400M tiene costes de mantenimiento inferiores al Antónov y supone la creación de 40.000 puestos de trabajo en la UE. Desde Alemania no descartaban ayer la posibilidad de adjudicar alguna parte del proyecto en régimen de subarriendo al consorcio Antónov, sin integrar a éste como parte del programa Airbus.
Por otra parte, los gobiernos de Francia, Alemania, Italia y Reino Unido dieron ayer un paso más en la cooperación en materia de defensa con la firma de un acuerdo gubernamental por el que se comprometen a encargar 366 helicópteros de transporte militar NH90 por un total de 9.000 millones de euros, según anunció ayer el secretario de Estado de Defensa alemán, Walther Stülze en el salón internacional aeronáutico de Berlín.
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