"Quien no está con ellos, está contra ellos"
Días antes de su detención, Vladímir Gusinski mantuvo una conversación off the record de cerca de dos horas con varios corresponsales extranjeros, entre ellos el de EL PAÍS, en la sede central de Most Media, sometida el 11 de mayo a un aparatoso asalto de las fuerzas de seguridad. Su servicio de prensa ha autorizado ahora la publicación del contenido. Gusinski definió así, entonces, la nueva situación creada en el Kremlin tras los cambios en la administración presidencial del pasado verano: "Quien no está con ellos, está contra ellos. El que quiere distanciarse del poder, se convierte en su enemigo". El acoso sufrido por el grupo ha terminado con el magnate en una celda de la prisión moscovita de Butirka.
En esa ocasión, Gusinski utilizó una metáfora para explicar cómo se toman hoy las decisiones en Rusia: "Es como un chico que lleva a tres grandes perros que tiran en direcciones diferentes. El chico está empantanado hasta la cintura en el barro. No tiene fuerza para controlar a los perros, pero tampoco la inteligencia necesaria para soltarlos".
Aunque, consciente del peligro que le acechaba, Gusinski hizo gala esa tarde de sentido del humor y, para explicar la política oficial sobre Chechenia, responsable en gran medida de que Vladímir Putin llegase al Kremlin, empleó un viejo dicho ruso: "La mejor medicina para el dolor de garganta es la guillotina".
Luego, más en serio, se explicó: "Nadie dudaba de que había que poner orden en Chechenia, pero no así, haciendo desaparecer el 90% de los pueblos y ciudades de esa república. Es como si España decidiese resolver con bombardeos el problema del terrorismo en el País Vasco", aseguró.
Gusinski fue uno de los siete oligarcas que, en 1996, hicieron posible la reelección de Borís Yeltsin como presidente de Rusia. Ahora está arrepentido. "Si hubiese tenido oportunidad", afirmó, "me habría portado entonces como en los comicios legislativos de diciembre y los presidenciales de marzo"; es decir, sin ponerse al servicio de los intereses del Kremlin. "Pero, desgraciadamente, el tiempo sólo se mueve hacia adelante". Y a veces, como ahora, para peor.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.