La Comunidad rectifica y reparte a 65 niños gitanos de Carabanchel entre ocho colegios
La Consejería de Educación ha rectificado su decisión de trasladar a 100 alumnos de dos colegios públicos de Carabanchel, todos gitanos o de otras minorías étnicas, a otros dos centros donde más del 90% de sus estudiantes correspondían al colectivo de menores con necesidades educativas especiales por pertenecer a familias marginadas. Al menos 65 de los alumnos gitanos que van a ser trasladados por el cierre de los dos colegios, el Orozco Miret y el Eduardo Callejo, ya se han matriculado en sus nuevos centros, ocho colegios públicos y concertados de Carabanchel.
El miedo a un nuevo gueto para 65 alumnos gitanos del casi centenar que estudiaban en los colegios Antonio Orozco Miret y Eduardo Callejo de Carabanchel parece haberse disipado. La Consejería de Educación, que en mayo anunció el cierre de ambos centros y el traslado en bloque de sus alumnos, todos ellos gitanos de entre tres y 14 años, a sendos colegios de la zona con un 90% de idéntico alumnado, ha rectificado tras las críticas de oposición y asociaciones de padres: los niños serán repartidos entre ocho centros públicos y concertados del barrio. Unos 65 de ellos han formalizado ya su nueva matrícula.Sin embargo, un problema nuevo amenaza ahora la integración escolar de estos chavales.La comisión de escolarización del distrito (encargada de aplicar las cuotas de alumnos en cada centro) lleva una semana negociando con los padres de los otros 30 chicos (todos del colegio Antonio Orozco Miret), que se niegan a separarse para acudir a colegios distintos. "Dicen que donde vaya uno van todos, y, como viven justo enfrente del colegio Lope de Vega [que cuenta con un 90% de alumnos gitanos, inmigrantes o de familias desfavorecidas], no entienden que se les quiera dispersar en varios centros distintos y más alejados", explica un portavoz de la Consejería.
La opción tomada por Educación y aconsejada por asociaciones de padres y educadores choca, por tanto, con la "libertad que los padres tienen de elegir el centro en el que estudiarán sus hijos" y con la negativa de algunas familias gitanas a separar a niños que, en muchas ocasiones, viven juntos. "Es un dilema complejo que tiene difícil solución", afirma el mismo portavoz.
La comisión de escolarización contempla por ello la posibilidad de organizar un "proyecto singular" con "un equipo especializado de profesores" que se haga cargo de los chavales en un único centro, sin necesidad de dispersarlos. Esto devolvería, sin embargo, el problema a su situación original, denunciada en su momento por varios educadores: la concentración de niños de familias gitanas marginales y con retrasos en su aprendizaje en colegios que ya están copados por este tipo de alumnado podría desembocar en la creación de guetos escolares y frenar la integración de los chicos.
Guetos de Chamberí
Por otra parte, las asociaciones de padres de los seis colegios públicos del barrio de Chamberí, que el pasado mayo denunciaron ante la Fiscalía del Menor el supuesto incumplimiento de las reglas de reparto de alumnos por parte de la comisión de escolarización de la zona, han advertido ahora de que los "guetos" creados en los colegios públicos por el aumento imparable de la presencia de niños gitanos, inmigrantes y de familias desfavorecidas se trasladarán a los institutos de secundaria el próximo curso.
"Dos institutos del distrito, el Fortuny y el Turina, matricularán a partir del día 20 de junio a más de 200 alumnos en situación de desventaja, tras la negativa de la comisión de escolarización a distribuir al alumnado", denuncian los padres en un comunicado. Según afirman, tres de los colegios del área de influencia de ambos institutos tienen un elevado porcentaje de alumnos "desfavorecidos": el 60% de los matriculados, en el colegio Cervantes; el 49%, en el Fernando el Católico, y más del 30%, en el San Cristóbal, son niños inmigrantes, gitanos o pertenecen a familias con bajo nivel económico o desestructuradas socialmente.
Además, los denunciantes aseguran que la comisión de escolarización "se ha negado a distribuir a los alumnos de los centros de acogida de la Comunidad, que están en el 95% de los casos en centros públicos, y ha decidido no repartirlos incluso cuando cambian de nivel y han de elegir un centro nuevo". De esta forma, dicen los padres, la comisión ha "vaciado de contenido las instrucciones sobre admisión de alumnos de la Comunidad".
Un 22% del alumnado de los seis colegios públicos de Chamberí es inmigrante, mientras que en los 13 centros concertados de la zona esa cifra no alcanza el 6%.
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