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Un estudio rompe los tópicos sobre el Goya de San Antonio de la Florida

Juan Carrete compara la libertad de los frescos con las pinturas negras

El historiador del arte Juan Carrete (Madrid, 1944) opina que las pinturas de Francisco de Goya realizadas hace 200 años en la ermita de San Antonio de la Florida, de Madrid, son "la obra más original del pintor, la más marcada por su genial personalidad y el primer y más relevante manifiesto de la modernidad". En su ensayo suprime "la visión casticista" del conjunto por una interpretación de un Goya "más universal".

La restauración de la ermita de San Antonio de la Florida, de Madrid (glorieta de la Florida, 5, abierta de martes a domingo), que cuidan Patrimonio Nacional, Ayuntamiento de Madrid y Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, permitió a Juan Carrete entre 1990-1992 subir a los andamios y echar una nueva mirada a los frescos de Goya. Aunque las pinturas tienen "grietas consolidadas", en los próximos meses se sometarán a una limpieza patrocinada por la Fundación Caja Madrid.La investigación de Carrete acaba de aparecer en el libro San Antonio de la Florida. Francisco de Goya, publicado por IberCaja en su colección de monumentos y museos que dirige Víctor Nieto Alcaide. Además de un álbum fotográfico, el volumen incluye la historia de la ermita, el encargo a Goya, la técnica y materiales de la pintura al fresco, el programa iconográfico de ángeles y ángelas y las teorías sobre los milagros de San Antonio.

El subtítulo del libro es Infortunio crítico de una obra genial, al afirmar que "una de las obras capitales de la pintura universal" es también "uno de los más grandes fiascos de la historia del arte". En la introducción de la obra advierte que estas pinturas "poco conocidas y nunca populares" han sido interpretadas por "seudoeruditos de mentalidad tardorromántica" que "por pereza crítica" se ha mantenido hasta nuestros días. El autor señala que este conjunto goyesco de 1798 es comparable a las pinturas negras por la libertad de realización a partir del encargo hecho por sus amigos ilustrados como Jovellanos, Saavedra y Ceán.

Visión casticista

"El material más popular sobre san Antonio, las novenas y los libros de devoción, y el culto a finales del siglo XVIII me dieron la pista para hacer una nueva interpretación iconográfica. Los tópicos se centran en la cúpula, donde, en lugar de representarse el milagro de san Antonio en Lisboa, los personajes se refieren a los múltiples milagros del santo. Esto suprime la visión casticista, con las majas y el pueblo de Madrid, para definir un Goya más universal", declara Carrete.

Otro tópico señalado por Juan Carrete se refiere a las figuras de ángeles y ángelas, que los eruditos han identificado con las damas más hermosas de la corte de Carlos IV disfrazadas de ángeles ambivalentes, e incluso aportan una queja de la duquesa de Alba por incluir a "todas las putas de Madrid". Carrete señala que el culto a san Antonio está unido al culto a los ángeles, que aparecían con frecuencia en comedias y juegos siempre con las formas de mujeres. "En su tiempo son figuras nada escandalosas y, en cambio, desde la visión romántica se añade un contenido erótico". Goya sitúa abajo a los ángeles terrenales y en la parte superior los milagros.

La dificultad de ver con detalle las 50 figuras de los frescos y la lejanía de la ermita del centro de Madrid provocan la difusión de los tópicos de los estudiosos, salvo la opinión de Lafuente Ferrari sobre la universalidad del conjunto. Según Carrete, entre las figuras de los frescos no se indentifica a la duquesa de Alba -"es pura literatura barata"-, pero sí al pintor en un autorretrato, como un personaje más de "la comedia humana", que implora un milagro.

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