Un incendio intencionado en un piso de Bellpuig obliga a desalojar todo un bloque
Actuación de los bomberos
Un incendio en un piso de Bellpuig (Urgell) provocado por el inquilino que lo ocupaba obligó a desalojar, durante la madrugada del viernes, a los 54 vecinos del inmueble. Los Mossos d'Esquadra detuvieron ayer al pirómano, que al parecer padece algún desequilibrio psíquico. El incendio se declaró a las 1.30 horas de la madrugada del viernes en el segundo piso de un edificio de ocho plantas en una céntrica calle de Bellpuig. El fuego se inició en el sofá y las llamas se propagaron rápidamente hasta acabar destruyendo toda la vivienda.El olor a humo alertó a algunos vecinos, que a esa hora estaban durmiendo. Cuando intentaron abandonar el edificio, una espesa nube de humo que llenaba toda la escalera se lo impidió. Los gritos de los afectados desde los balcones de sus casas despertaron también a los ocupantes de otros edificios cercanos, que se vieron impotentes para ayudar a sus vecinos, entre ellos algunos niños y personas mayores con disminuciones físicas.
La llegada de los bomberos impidió que el fuego se extendiera al resto del edificio. "Nos dijeron que no saliéramos y que pusiéramos toallas mojadas en las ranuras de las puertas para evitar la entrada de humo", explicaba una de las vecinas, que reconoció que vivió momentos de pánico. Seis vehículos de los bomberos de Tàrrega, Cervera, Balaguer y Mollerussa trabajaron durante dos horas hasta apagar el incendio.Poco después los Mossos d'Esquadra detuvieron a José H. B., de 31 años e inquilino del piso donde se inició el incendio, quien confesó haber prendido fuego a la vivienda porque, según explicó, habían entrado ladrones. De acuerdo con la versión de algunos vecinos, José H. B. llevaba poco tiempo viviendo en el edificio. El alcalde de Bellpuig, Josep Pont, confirmó que se trataba de una persona problemática que en los últimos días incluso había llamado en dos ocasiones a la policia autonómica asegurando, como en esta ocasión, que tenía ladrones en el interior de su casa.
De los 54 vecinos desalojados por los bomberos, algunos tuvieron que ser atendidos por intoxicaciones leves causadas por el humo o por las crisis nerviosas provocadas por la situación. Sólo uno fue trasladado al hospital Arnau de Vilanova de Lleida, aunque su estado no es grave. El alcalde explicó que en un principio se buscó alojamiento para los afectados en distintos hoteles, aunque "al final este traslado no fue necesario, porque los desalojados prefirieron ir a casa de familiares o amigos".
Durante la mañana técnicos municipales revisaron el edificio para comprobar si existía algún riesgo de derrumbamiento. "Las paredes del piso quemado estaban totalmente abombadas, y temíamos que la estructura del inmueble hubiese quedado afectada", explicó el alcalde. A primera hora de la tarde, los vecinos pudieron regresar a sus casas.
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