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Recetas para la integración

Cultura y asociaciones

Cinco alcaldes estaban convocados ayer para hablar de "Sentimiento de país y realidad urbana" en la Universitat Catalana d'Estiu, y terminaron hablando de inmigración y de la dificultad que entraña conseguir la integración y trasladar a los nuevos colectivos de inmigrantes el sentimiento de catalanidad. Los alcaldes de L'Hospitalet, Celestino Corbacho; de Badalona, Maite Arqué; de Benetússer, Josep Enric Agua; de Martorell, Salvador Esteve, y de Perpiñán, Joan Pau Alduy, coincidieron en destacar el debilitamiento que en sus respectivas localidades ha sufrido el sentimiento nacionalista como consecuencia de las oleadas migratorias, y todos se mostraron favorables a integrar a los emigrantes y a trasladarles el "sentimiento de país" con la ayuda del asociacionismo, la cultura y el deporte.En opinión de Salvador Esteve, alcalde de Martorell (22.000 habitantes, la mayoría de ellos llegados del sur de España durante el franquismo, y un 5% procedente del norte de África) "hablar de sentimiento de país con un conglomerado así puede chocar mucho". "¿Qué hacemos para que esta gente asuma un sentimiento de catalanidad?", se preguntó el alcalde: "El punto de partida es la acogida. Hay que saber darles calor moral, se han de sentir bien recibidos. Si les sabemos comprender y atender, sabrán entender nuestra manera de ser". ¿Cómo hacerlo?: "A través de la escuela, el deporte y las fiestas. Se trata de mostrar lo que somos, porque sólo lo que se conoce se acaba queriendo". "Tenemos que ir hacia una fusión de culturas en la que la de nuestra tierra tenga una función primordial", concluyó.

La alcaldesa de Badalona, Maite Arqué, reconoció no haber sido capaz de integrar totalmente a la población inmigrante que su localidad viene recibiendo desde hace décadas. "Una buena parte de la inmigración se ha encerrado en guetos: cuesta mucho entrar en esos espacios, pero se hace un gran esfuerzo para incorporar la inmersión lingüística y hacerles llegar la historia de Cataluña", dijo Arqué.

La alcaldesa de Badalona es de la opinión que el asociacionismo es el que ha permitido la interrelación entre todos los sectores de la población, "y eso ha hecho posible el mantenimiento de la lengua y la cultura catalanas en los últimos 60 años".Con todo, en opinión de la alcaldesa, "la población autóctona aún ha de hacer un gran esfuerzo para trasladar la sensación de país al resto de la ciudad, para hacer posible un futuro con un sentimiento de país". Cultura, asociacionismo y deporte fue la receta que dio "para llegar a conseguir los niveles de catalanidad que Badalona debería tener".

"Creo que una realidad urbana fuerte no es incompatible con un sentimiento de país", terció Celestino Corbacho. Él opina que el asociacionismo fue el germen, a partir de los años setenta, de la recuperación del sentimiento de pertenencia a la ciudad y a Cataluña. Corbacho cree que en su ciudad se ha conseguido un buen nivel de adaptación. "En una ciudad fundamentalmente castellanohablante como Hospitalet, TV-3 es la televisión más vista y nunca he recibido una queja de un padre por la inmersión lingüística", aseguró.

Josep Enric Aguar, alcalde de Benetússer, una localidad situada a cuatro kilómetros de Valencia, aseguró que su lucha durante los 12 años que lleva como alcalde ha sido "intentar integrar a los inmigrantes y fomentar en ellos el sentimiento de país". Reconoce, sin embargo, que los inmigrantes llegados a su ciudad sobre todo de Castilla y de Aragón, no participan en la vida del pueblo, una tendencia que sólo se invierte en la segunda generación.

Joan Pau Alduy, alcalde de Perpiñán, opina que "la fraternidad (con los inmigrantes) también es la laicidad y el respeto a diversas creencias religiosas". "Hemos de construir en nuestras ciudades una sociedad que respete la cultura de cada uno pero en la que todos los ciudadanos compartan una cultura común", concluyó.

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