La emoción provoca lágrimas
José Tomás, ayer, hizo el paseo acompañado de Joselito, que estuvo ausente en el primero y no quiso ni ver al cuarto, y de Miguel Abellán que al mejor de la trade le hizo un buen quite por chicuelinas y le recetó dos buenas series con la derecha, embarcando correctamente y toreando en redondo. Se atropelló al final. En el último se alivió.El primero de José Tomás, mal picado y bien banderilleado, desarrolló problemas de incertidumbre, que duraron lo que José Tomás tardó en coger la muleta; en el centro del ruedo hizo cambiar la actitud del toro y se sucedieron las series de redondos abrochadas con el de pecho. Al torear al natural, el toro se venció y lo prendió por donde cogen a los toreros cuando torean de verdad. Hubo fortuna y le devolvió una serie por la derecha y unos ayudados por bajo en los que el pitón acariciaba la rodilla adelantada. Hizo bien la suerte, pero el acero quedó algo tendido y necesitó dos descabellos. A mi lado, hombres de barba cerrada, curtidos en mil faenas, se limpiaban disimuladamente las lágrimas.
Torreón / Joselito, Tomás, Abellán
Toros de El Torreón, bien presentados, blandos y codiciosos; el 3º, sobrero. Joselito: silencio; división de opiniones y saludos. José Tomás: oreja; oreja y dos vueltas. Miguel Abellán: oreja; vuelta al ruedo. Plaza de Almería, 23 de agosto. 4ª de abono. Casi lleno.
El quinto tenía pocos muletazos y José dibujó dos series al natural monumentales; después de varios intentos de huida lo recogió con tres naturales de frente, cruzándose y embarcando perfectamente la embestida. Mató de un pinchazo y de una gran estocada que cayó en el rincón. José Tomás, ha removido los cimientos del toreo.
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