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El Rey advierte en Portugal de que la lucha contra ETA "no admite fisuras ni matices"

La lucha contra el terrorismo volvió a concentrar el interés del segundo día de visita de los Reyes a Portugal. Entre los aplausos de los diputados, reunidos en sesión solemne, don Juan Carlos afirmó, en un correcto portugués, que en los sistemas democráticos "cabe la defensa pacífica de todas las ideas, pero no hay sitio para la violencia que atenta contra la convivencia democrática de los ciudadanos", por lo que contra el terrorismo "no se deben admitir fisuras ni matices". El Rey inauguró en Estoril un monumento a sus padres y se reunió con amigos de su infancia.

Consciente del "hecho excepcional" de dirigirse al pleno del Parlamento, don Juan Carlos proclamó: "Los demócratas tenemos que estar firmemente unidos en la defensa del sistema de valores compartidos, garantía de los derechos humanos y ámbito de la privilegiada libertad y prosperidad que, con tanto esfuerzo, hemos conseguido". "Como demócratas", añadió, "no podemos ser tolerantes con el asesinato y el terror. Ante la violencia terrorista, debemos estar firmemente unidos en la defensa de la democracia y la libertad, y en el marco del respeto al Estado de derecho que nuestras constituciones garantizan". El Rey aprovechó el brindis del almuerzo ofrecido por el primer ministro, António Guterres, para agradecerle su firme condena de "la violencia de ETA". Gueterres aseguró que el terrorismo etarra obliga a los portugueses a "una solidaridad total con el pueblo de España".Las supuestas dificultades del Gobierno luso para expulsar (su extradición fue denegada por los tribunales) al presunto colaborador de ETA José Luis Telletxea Maia, detenido en Lisboa en 1996, han abierto el debate sobre modificaciones legales que impidan el refugio de delincuentes y terroristas en ambos países. Acusado de trasladar a España más de 500 kilos de explosivos con los que se cometieron varios atentados, Telletxea se encuentra en situación irregular tras habérsele denegado el asilo político y la residencia. El director del Servicio de Extranjeros y Fronteras luso (SEF), Bernardo Lencastre, afirmó ayer a este periódico que Telletxea "debe ser expulsado por vía administrativa", aunque una juez de Sintra desestimara a mediados de julio su expulsión judicial, propuesta por el Gobierno.

Lencastre, que tiene la competencia exclusiva para las expulsiones administrativas, añadió: "Telletxea debe ser expulsado por vía administrativa, una vez que el ministro del Interior desestime su último recurso ante la negativa a concederle la residencia. Quedaría en situación completamente irregular y mi intención será pedir un parecer jurídico a la Fiscalía General del Estado sobre el camino a seguir, dado que algunos acuerdos de la Unión Europea impiden la expulsión de ciudadanos comunitarios". En todo caso, sería enviado a un tercer país al haber sido denegada su extradición. Lencastre reconoció que un alemán fue expulsado así y admitió el precedente del gal Jean Phillipe Labade, cuya expulsión no se consumó al no haber un tercer país que lo acogiese.

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