"Más que la ciudad, me inspiran la filosofía y el tiempo"
Los cuadros de Chema Gómez de Zamora (Madrid, 1965) son de tierra, en el sentido material del término, sin metáforas. Así que, cuando necesita provisiones para pintar, no le sirve la tienda típica de óleos, acuarelas y pasteles. Coge los aparejos y viaja a las montañas o acude a un molino de tierras que hay en Madrid. Luego, esa tierra en bruto es la que se apodera del lienzo trocada en un paisaje o un simple pedazo de suelo. Pese a la tradición pictórica familiar, sólo hace "cuatro o cinco años" que Chema pinta con cierta dedicación. En su balanza profesional, no obstante, sigue pesando mucho más la filosofía que enseña a los alumnos de un colegio madrileño. Pinta para sentirse más libre y, como expresión, prefiere el primitivismo de la tierra, que le suena a "memoria de infinitos presentes, morada de inagotables formas". Pregunta. ¿Qué busca utilizando la tierra como material pictórico?
Respuesta. Me gusta cómo queda. Hay mucha textura, contraste y el color es primitivo. Además, ahora me centro más en la tierra porque me parece que es el punto de partida de todo y el final de todo (sin connotaciones religiosas, por favor), y también aquello por lo que los hombres han luchado y han vivido.
P. ¿Cuándo pinta?
R. A mí, las musas no sé si me vienen alguna vez (risas). Decía Picasso que para que vinieran tenías que estar trabajando. Yo, como me dedico a la enseñanza, no tengo mucho tiempo para la pintura. Tengo que dejar las cosas en el aire para irlas matizando, y es un proceso bastante dilatado.
P. ¿La pintura debería estar presente en la enseñanza?
R. La enseñanza oficial debería introducir más ingredientes artísticos, no sólo pintura, sino también escultura y nuevas tendencias que se dan ahora. Pero, como todo va dirigido al mundo del mercado, el arte siempre queda en un capítulo aparte. Hay algún colegio que potencia las manifestaciones artísticas, pero deberían estar generalizadas en todos los centros públicos. Ni siquiera el nuevo bachillerato de artes plásticas se puede ofrecer en todos los centros que lo desean, por falta de medios humanos y materiales.
P. ¿Madrid inspira o perturba?
R. A mí me gusta Madrid porque es mi ciudad, pero a mí lo que me inspira son la filosofía y el tiempo, más que la ciudad.
P. ¿Madrid ayuda a los pintores?
R. No sé mucho del asunto, pero veo que las instituciones públicas deberían potenciar más las artes plásticas con cursos y exposiciones. En el ámbito privado, ya sabemos que funciona por el mercado, así que la cosa está difícil para el que quiere hacer algo.
P. Por cierto, ¿sus cuadros son caros?
R. Creo que no.
Galería Bennassar. San Lorenzo, 15. Hasta el 30 de septiembre.
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