"Sería un insulto para el orgullo nacional"

La sola idea de que la selección inglesa de fútbol pueda ser dirigida por primera vez en la historia por un técnico extranjero, como han propuesto algunas voces, ha suscitado una enorme polémica en el Reino Unido. Ayer salió escandalizado a escena ni más ni menos que Bobby Charlton, el mítico ex futbolista del Manchester United, para intentar tirar por tierra la posibilidad de que a Kevin Keegan, que presentó su dimisión como seleccionador el pasado sábado tras perder en Wembley ante Alemania (0-1), sea sustituido por un entrenador que no sea de las islas. "Sería un insulto para el orgullo nacional", dijo. "Qué desgracia sería", añadió, "que el país que inventó el fútbol, el país donde existe la mayor pasión deportiva del mundo, no supiera encontrar a alguien lo suficientemente bueno como para entrenar a la selección. Sólo las pequeñas naciones a aquellas que están en crecimiento toman en cuenta esa opción. Jugar o entrenar para Inglaterra necesita de algo más que experiencia técnica. Es un gran honor representar a tu nación y eso nunca puede ser tan valorado por alguien que no es inglés".

Una comisión

Para intentar apagar la polémica, Adam Crozier, director ejecutivo de la federación inglesa, aseguró que ni se ha elaborado ninguna lista de candidatos al puesto, ni se ha dialogado todavía con nadie. El único paso dado hasta ahora, dijo, es tratar el asunto de la sucesión de Keegan en una comisión formada expresamente para el caso -junto a Crozier la forman el vicepresidente del Arsenal, el presidente del Leeds, el director de la Premier League, y otros tres miembros de la federación inglesa: el jefe del comité internacional, el director técnico (Howard Wilkinson) y el presidente ejecutivo-.En medio de este clima, con el director técnico de la federación, Howard Wilkinson, como entrenador provisional y un buen número de bajas (seguras las de Beckham, Steven Gerrard, Adams y Le Saux, por lesión; e Ince, porque su mujer está a punto de dar a luz, y posibles las de Gary Neville y Scholes, que arrastran molestias), Inglaterra afronta esta tarde un difícil compromiso en Finlandia para salir del pozo de la tabla de su grupo clasificatorio para el Mundial 2002. Entre los futbolistas de la selección no se recuerdan con mucho agrado los métodos de trabajo de Wilkinson, al que ya tuvieron como entrenador en el breve periodo (un partido, ante Francia) que transcurrió desde la destitución de Glen Hoddle y la llegada de Kevin Keegan.