Interpol elige por primera vez a un comisario español como presidente

Un español presidirá por primera vez Interpol, la Organización Internacional de Policía Criminal que surgió en 1956 y en la que están representados 178 países. Jesús Espigares, comisario general de Policía Judicial, fue elegido presidente por unanimidad en la 69ª Asamblea General de Interpol, que acaba hoy en Rodas (Grecia). Espigares, cuyo nombramiento ha sido impulsado en el último año por Juan Cotino, director general de la Policía, se ha fijado como prioridades luchar contra el terrorismo y los tráficos de drogas y de personas.

La elección de Jesús Espigares Mira, de 54 años y casado, se ha venido forjando durante los últimos meses, en los que Juan Cotino ha planteado en varias ocasiones su candidatura en el llamado Foro Internacional de Directores de Policía. Desde entonces venía sonando el nombre de Espigares como el más firme candidato para sustituir al japonés Toshinori Kanemoto, presidente de Interpol desde 1996 hasta ayer.Espigares ya fue elegido en la anterior asamblea de Interpol, celebrada hace dos años en El Cairo (Egipto), como uno de los delegados europeos en el comité ejecutivo del organismo policial, compuesto por 13 miembros, incluido el presidente. Desde esta plataforma, el comisario general de Policía Judicial se ha trabajado también su elección por unanimidad de los representantes de las policías de 178 países presentes en la organización.

Este policía se convierte en el primer español y en el primer hispanohablante que dirige en toda su historia la Interpol, cuya sede central está en la ciudad francesa de Lyon. Él mismo reconocía ayer, horas después de ser elegido en Rodas, que su elección supone "un reconocimiento para la policía española como cuerpo, un reconocimiento a la profesionalidad, no personal, sino de todo un colectivo".

En su primer discurso como presidente, Jesús Espigares, licenciado en Derecho, marcó las tres prioridades de sus cuatro años de mandato: el combate contra el narcotráfico, las redes de inmigración ilegal y el terrorismo. Este último asunto ha sido retomado con fuerza por Interpol en el último año e incluso existe un grupo dedicado al terrorismo, en el que está incluido un español.

Espigares, policía desde 1968, ostenta la categoría de comisario principal, el máximo nivel profesional en el Cuerpo Nacional de Policía. Durante sus 32 años en esta profesión, ha sido jefe de la comisaría de Irún (Guipúzcoa), mando de la Brigada Antiterrorista en Barcelona y jefe superior de Policía de Granada (Andalucía oriental). Desde 1996 es el comisario general de Policía Judicial y, por lo tanto, el máximo responsable de la lucha contra el narcotráfico, el blanqueo de dinero y el crimen organizado en España.

El 'cibercrimen'

El nuevo presidente pretende que entre las improntas de su paso por este órgano coordinador de policías esté también la lucha contra el crimen organizado que se vale de las nuevas tecnologías, especialmente de Internet, para delinquir, objetivo que también se ha marcado el nuevo secretario general de Interpol, Ronald Noble. "Ésa va a ser otra de las prioridades hasta 2001, así como el buscar la descentralización y regionalización de Interpol, de forma que no todo esté concentrado en Lyon", precisó ayer Espigares.Interpol persigue, "dentro del marco de las leyes de diferentes países y del respeto a la Declaración Universal de Derechos Humanos", la más amplia asistencia recíproca de las autoridades de policía criminal al objeto de contribuir a la prevención y reprensión de las infracciones del derecho común. "Este organismo es muy desconocido; la gente cree que es una policía especial, cuando es realmente un organismo de colaboración, de intercambio de información, con magníficas bases de datos sobre delincuentes", dijo Espigares, quien resumía con dos ejemplos el trabajo de Interpol: "Se trata de que un policía de Marbella u otro de Boston puedan pedir análisis o datos sobre un delito, o que se pueda detener, con una orden internacional, a un delincuente francés en Italia".