El Barça toma aire en Las Palmas

Otra vez Rivaldo. El Barça llega últimamente hasta dónde alcanza la inspiración del brasileño. El zurdo, el único azulgrana que ha marcado en los últimos cuatro partidos, se rifó al portero de el Las Palmas y, totalmente sólo, empujó el balón hasta la red. La victoria estuvo exenta de suspense: los azulgrana tentaron de nuevo a la suerte. Fallaron un sinfín de ocasiones y dieron vida al equipo canario hasta el límite. Pero Las Palmas no emuló al Numancia y se estrelló ante su escaso acierto y ante Arnau, que se redimió de su último error y ayer lo paró todo. El Barça sufrió pero se fue aliviado de las Canarias: sumó su segunda victoria fuera de casa y se situa a tres puntos del líder.La historia dio una segunda oportunidad a los azulgrana. El Barça, como el miércoles, saltó al césped con el viento a favor: el Madrid había perdido ante el Numancia y poco después caerían también el Deportivo y el Valencia. La ocasión se presentaba única para compensar las últimas decepciones. Serra Ferrer volvió a los orígenes y alineó otra vez a Sergi y Abelardo, suplentes el último día. Tuvo, eso sí, una baja inesperada: Cocu arrastra aún una gastrointeritis y cedió su plaza a Gerard, que actuó de pivote acompañando a Xavi. Las Palmas no pareció acusar la goleada que había recibido en Riazor y desnudó a las primeras de cambio la frágil defensa azulgrana. Jorge tuvo el gol tras tres errores consecutivos de los zagueros azulgrana. El balón pasó cerca del palo.

Las Palmas tuvo esa ocasión y el Barça entendió el mensaje: hace una semana en Mallorca ya encajó un gol a los cinco minutos y no pudo remontar. Esta vez no fue así. El susto serenó a la defensa. Petit, reciclado de lateral, barrió todos los contraataques de los canarios que apenas volvieron a acercarse a la portería de Arnau. Resueltas temporalmente las disfunciones de la defensa, al Barça le siguió costando un mundo acercarse con peligro a González. El guión no es nuevo. Se repite últimamente a diario: el Barça mueve el balón, que suele acabar en los pies de Simao para que centre en busca de algún cabezazo. Dani, que no se ha estrenado aún en la Liga, falló así un gol a bocajarro.

No hizo apenas nada más el Barça: un chut de Simao, tras una jugada de Rivaldo, y otro de Gerard, de falta, que no se fue muy lejos del palo. El Barça tenía el balón y un dominio estéril del ritmo del juego. Todas sus acciones acababan en la nada. Jorge, otra vez, quiso acabar el primer tiempo tal y como lo empezó: robó un balón pero Petit, perfecto, le ganó la carrera y desbarató el contragolpe.

Y, entonces, como siempre, apareció Rivaldo, cada día que pasa más rey en el Barça. El partido se acababa de reanudar en la segunda parte cuando Xavi, el medio centro, dio una asistencia en profundidad entre dos defensas al brasileño. Lo bordó. El zurdo, en un gesto de técnica, encaró al portero, le regateó hasta hacerle caer y, a portería vacía, marcó.

El Barça, reñido últimamente con el gol, celebró el tanto con júbilo y memoria: también había marcado en los primeros segundos de la segunda parte Rivaldo ante el Numancia y un error defensivo de última hora le costó el empate. El Barça se agarró al balón, a la agresividad y volvió a demostrar su miopía ante puerta: una preciosa jugada de Dani la culminó Luis Enrique enviando el balón a las nubes.

Las Palmas no se conformó: Kresic apostó por Toddi y Orlando, dos delanteros por dos hombres de contención, para intentar forzar el empate. Jarni lanzó un par de faltas y Guayré hizo después lucirse a Arnau. Y que luego diera gracias al cielo porque Toddi, sólo, envió el despeje fuera. El Barça siguió tocando, abriendo juego por las bandas pero siguió negado. Rivaldo pudo aumentar por dos veces su cuenta pero falló: primero envió un balón al poste y luego casi calcó la acción del primer gol. Dribló al portero, a un defensa, se revolvió en el área y asistió a Luis Enrique. El asturiano no tuvo tiempo de chutar porque se le cruzó Paqui.

La falta de puntería de unos y otros abrió al final el partido como un libro. Serra Ferrer lo vio tan negro que, al final, recurrió incluso a Cocu. Arnau se desesperó ante la insistencia de los delanteros canarios y volvió a exhibirse rechanzando un disparo potentísimo de Angel. Las Palmas sometió en los últimos compases del encuentro a un agobiante presión a los azulgrana y a Arnau que, como un jabato, desbarató todas las ocasiones y, por tres veces, una de Toddi.