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Puntualidad y detalles

Don Felipe habló en euskera y departió con Chillida en la nueva terminal aérea de Bilbao.

Al menos la inauguración fue más puntual que las obras, que han requerido diez años de gestación y cuatro de construcción. Con apenas diez minutos de retraso sobre el horario previsto (11.30), el Príncipe Felipe descendió del reactor Falcon que le transportó hasta la nueva terminal del aeropuerto de Bilbao, el majestuoso edificio diseñado por Santiago Calatrava.No utilizó uno de los nuevos seis embarques directos, que evitan al pasajero el tránsito por la pista y le conducen directamente a la terminal, porque le aguardaba un aurresku como bienvenida en la plataforma de aviones. En poco más de veinte minutos visitó las instalaciones, bajo las detalladas explicaciones de Santiago Calatrava, que emuló a don Felipe en su llegada a Bilbao: se trasladó en su jet privado. En ese intervalo, bajo las embelesadas miradas de las azafatas del aeropuerto, visitó también la escultura erigida por Eduardo Chillida al aire libre, justo detrás de la terminal, al lado de la zona de accesos, y departió con el artista guipuzcoano y su esposa.

A las 12.10 llegó don Felipe al enorme vestíbulo de la terminal: 7.000 metros de cuadrados de amplia luminosidad ayudada por el hormigón blanco y una cubierta acristalada que alcanza los 29 metros de altura. Allí le esperaban cerca de 400 invitados, con representantes del ámbito político, económico y social vasco y también los alcaldes de los municipios que ocupa el aeródromo (Loiu, Derio y Sondika), para los que el príncipe tuvo una mención especial.

El detalle de Calatrava

Con una pantalla gigante de televisión como soporte, se sucedieron los discursos. El ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, primero; Santiago Calatrava, luego y, antes de la inauguración por parte de don Felipe, el lehendakari Juan José Ibarretxe, a quien le falló algún asesor porque en su disertación se refirió varias veces al príncipe como "Su Majestad". Algo de política y mucho de alabanzas a la infraestructura en los discursos y un detalle destacado por muchos en las palabras de Calatrava: "Quiero recordar también a quienes han dejado sus vidas en la construcción", dijo en homenaje a los tres obreros fallecidos en 1998 a consecuencia de un desprendimiento. Algo más: el empeño de don Felipe al expresar su felicitación a todos los trabajadores en euskera, aunque se trabara al decir "ahalegin" (esfuerzo).Todavía estuvo en la nueva terminal hora y media más, departiendo primero con los invitados y convirtiéndose luego en el primer pasajero de la terminal: recibió de forma simbólica la primera tarjeta de embarque. Antes de la partida, pasadas las 14 horas, el canto del Agur Jaunak a cargo de la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO). Para entonces, el alcalde de Bilbao Iñaki Azkuna ya había realizado la primera petición para el nuevo aeropuerto, un enlace directo con Nueva York, "que nos interesa cuanto antes".

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