Un museo entre los cereales de la llanura madrileña
La Comunidad acomete la primera fase del proyecto para llevar a Nuevo Baztán el centro regional de Etnografía
Centenares de utensilios relacionados con la organización de la vida cotidiana en Madrid desde hace tres siglos, que hoy languidecen desperdigados en calladas estanterías de pequeños museos de más de sesenta pueblos de la región, saldrán pronto de su silencio. En apenas unos meses, muchos de ellos podrán ser contemplados en un ámbito nuevo por el público que se avenga a desplazarse 50 kilómetros hasta el confín occidental de Madrid. Allí se yergue el enclave mágico de Nuevo Baztán, un complejo agrícola e industrial comunitario, pionero en Europa, construido en piedra en el siglo XVIII, con templo de tres torres y chapiteles de pizarra, palacio con torreón y campos, más talleres y factorías para la artesanía, la química, la industria y numerosas otras actividades.La falta de combustibles vegetales, a consecuencia de la deforestación sufrida en esta zona a lo largo del último siglo, privó a Nuevo Baztán del motor nutriente de sus actividades y lo llevó a su casi completo abandono. Empero, Concepción Sáez, propietaria del mesón local El Conde y esposa del concejal Martín Pinel, alardea: "Pertenezco a la séptima generación de lugareños que se establecieron aquí a principios del siglo XVIII para participar con su trabajo en la empresa del prócer Juan de Goyeneche, oriundo del Baztán, que dio nombre a esta tierra", dice con orgullo.
Nuevo Baztán ha sido el lugar elegido, por ley de 9 de abril de 1999, para albergar, dentro de un magnífico recinto palaciego edificado por José de Churriguera, el futuro Museo Regional de Etnografía. Tal disciplina científica versa sobre el surgimiento de formas de vida y de organización de la cotidianeidad, de cultura, que interpreta en su entorno histórico y social. "Y ello con el objeto de brindar una explicación sobre el alcance de tales manifestaciones y su impacto en nuestra cultura y formas de vida", explica Pilar Navascués, responsable del área de Museos y Bibliotecas de la Comunidad de Madrid, cuya dirección general ejerce Carlos Baztán, uno de los principales mentores del proyecto impulsado por las consejerías de Educación y de Cultura.
"El proyecto, que cuenta con cinco fases, consiste en rehabilitar el complejo creado por Juan de Goyeneche", señala. "La primera fase ya ha empezado y en sustancia trata de rehabilitar la planta baja del palacio", agrega. Sobre este piso, una cuadrilla de operarios de la empresa Geocisa, de Coslada, desenfoscaba y enyesaba el martes sus muros.
La construcción, de proporciones generosas, está distribuida en numerosas estancias con dos amplios claustros columnados. "Se instalará un centro de interpretación y documentación", explica Navascués, "desde donde se coordinarán las actividades relacionadas con la etnografía, no sólo del museo aquí establecido, sino también de todos los existentes en la Comunidad". Pilar Navascués afirma que, de los 179 pueblos madrileños a los que se ha consultado sobre su patrimonio etnográfico, unos 60 han respondido con valiosa información que se emplea en la elaboración del plan museográfico, ordenado confeccionar por el Gobierno regional, que hasta el momento lleva invertidos unos 120 millones de pesetas, en dos tramos anuales, para la rehabilitación del conjunto. "En esta planta baja ahora recuperada se instalará una parte de las salas de exposiciones", dice.
Los objetos que cuentan con valor etnográfico abarcan desde los instrumentos de laboreo agrícola, caza, pesca, indumentaria, alimentación y transporte, hasta la química, metalurgia, industria y utensilios de diversa funcionalidad: desde husos para tejer hasta cubertería.
Todo este repertorio de objetos, convenientemente interpretado con un soporte audiovisual propio de la museística más desarrollada, encontrará reflejo en el futuro museo. "No interesan tanto los objetos como la recuperación de los talleres y los conocimientos. Además de la cultura y la experiencia que se acuñaron en aquella explotación", precisa Navascués.
El museo, en cuya primera fase se han invertido ya dos partidas anuales de 60 millones, explica la responsable regional del Area de Museos, "huirá de la exposición acumulativa de objetos inertes para trazar un relato histórico de las formas populares que adquirió la cultura cotidiana de quienes nos precedieron". El precedente de este tipo de centro surgió en 1934 como Museo del Pueblo Español. Nuevo Baztán, situado cerca de Pozuelo del Rey y de Campo Real, cuenta con una población que el concejal Pinel cifra en 4.600 personas, distribuidas en cuatro urbanizaciones.
Una factoría bajo chapiteles
El escenario elegido para el futuro Museo Regional de Etnografía es el conjunto palaciego que edificara, en la más fértil zona cerealera madrileña, un prócer navarro nacido en el Baztán en el último cuarto del siglo XVII: Juan de Goyeneche. Lo denominó Nuevo Baztán. Goyeneche fue administrador general del Reino con el último monarca de la dinastía de Austria, Carlos II, y también del primer Borbón, Felipe V. Por ambos monarcas ennoblecido, el navarro amasó una considerable fortuna. Decidió invertirla en la creación de un complejo residencial, agrario e industrial, que fue el precedente en España de las comunas agrícolas de Europa desplegadas en el siglo XIX de la mano de Fourier, Saint-Simon y otros utopistas.El museo recobrará y exhibirá algunas de las actividades y producciones de ceramistas, alcoholeros, cristaleros y otros artesanos llegados allí hace cuatro siglos para participar en tal empresa. Una red de lagares subterráneos, poblada de enormes tinajas, permanece casi intacta bajo el palacio.
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