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El arrollador triunfo de la coalición de Kostunica impulsa las reformas en Serbia

La victoria de la coalición Oposición Democrática de Serbia (DOS) en las elecciones celebradas el sábado, con casi dos tercios de los votos y 176 diputados sobre un total de 250 escaños del nuevo Parlamento de Serbia -según los últimos datos oficiales, con el 98,53% escrutado-, deja vía libre a las reformas y a una verdadera transición democrática. La coalición formada por 18 partidos y un sindicato independiente, que derrotó al régimen del ex presidente Slobodan Milosevic en las urnas, el 23 de septiembre, y en las calles, el 5 de octubre, ha revalidado su victoria con el triunfo ahora en Serbia.

Serbia, la mayor de las dos hermanas yugoslavas, 10 millones de habitantes frente a 650.000 montenegrinos, es la auténtica base del poder político en la federación. Ganar en Serbia era un requisito previo para el desmantelamiento definitivo del régimen de Milosevic.Los dirigentes de la DOS coinciden en declarar que ahora sí cuentan con los instrumentos para las reformas. El presidente de Yugoslavia, Vojislav Kostunica, advirtió ayer a los ciudadanos que deben permanecer atentos al nuevo Parlamento y nuevo Gobierno. Según Kostunica, "sólo ahora será posible reconstruir el Estado y las instituciones democráticas; una economía de mercado con orientación social; declarar la guerra a la corrupción y a todo lo que pueda poner en peligro al nuevo orden democrático".

Lamentó Kostunica que la participación electoral no haya sido más alta. Se calcula que en las legislativas de Serbia acudieron a las urnas 900.000 votantes menos que en las efecciones federales del 24 de septiembre. Esta caída en la participación electoral, un 10%, se debe, en parte, al tremendo frío, con temperaturas de varios grados bajo cero; a que la elección se celebró en un día laborable, con todos los comercios abiertos y vida normal; a la aburrida campaña electoral y la confianza de la DOS en que la elección estaba ganada, con el consiguiente efecto desmovilizador.

El futuro primer ministro de Serbia, Zoran Djindjic, declaró ayer que el Gobierno serbio destituirá de inmediato a Rade Markovic, el jefe de la policía política del régimen de Milosevic. "Creo que él ya ha hecho las maletas y abandonado su oficina", dijo. Sobre el futuro de Milosevic, aseguró: "Hay que empezar por lo evidente; si él se apropió de dinero de forma indebida, se le juzgará por eso. Paso a paso, según las pruebas. No quisiera adelantar conclusiones, pero Milosevic no se ha ganado una amnistía por el simple hecho de haber sido presidente de Serbia. Ningún presidente o miembro del Gobierno tendrá una amnistía por haber ocupado ese puesto".

El Partido Socialista de Serbia (SPS) de Milosevic consiguió el 13,67 % y 37 escaños en el futuro Parlamento de Serbia. Su secretario general, Zoran Andjelkovic, trató de consolarse en la derrota. Según él, el SPS es el partido más fuerte de Serbia, porque la DOS es una coalición de 18 partidos. El funcionario socialista ocultaba a duras penas su satisfacción al constatar el fracaso de los dos partidos creados por personajes escindidos del SPS, el ex presidente de Yugoslavia Zoran Lilic, y el antiguo director de la Radiotelevisión Serbia (RTS), Milorad Vucelic.

Estos dos partidos de flamante creación y orientación socialdemócrata no llegaron al 1%, pero todavía quedaron por encima de los neocomunistas de Izquierda Unida (JUL), el partido fundado por Mira Markovic, la esposa de Milosevic. JUL vivió de forma parasitaria a costa del SPS de su marido y contribuyó en buena medida a la ruina y al descrédito del régimen. JUL aparecía con más frecuencias en las páginas de sucesos, involucrada en crímenes mafiosos, que por sus aportaciones ideológicas. El electorado castigo a JUL. Sólo logró poco más de 14.000 votos.

La gran sorpresa de la elección la dio el Partido de Unidad Serbia (SSJ) que cuenta con todas las papeletas para entrar con 14 escaños en la Cámara, tras lograr rebasar el 5% exigido por la ley.

El SSJ había logrado casi 200.000 votos. Este partido, cuyas siglas y nombre pertenecían al siniestro paramilitar Zeljko Raznatovic, más conocido por su alias de Arkan, encierra todas las lacras de lo peor de la sociedad serbia: el chovinismo, el racismo y la xenofobia que llevaron al país a las guerras de la última década.

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