_
_
_
_

Francia vive el mejor momento económico de los últimos 30 años

Sin embargo, no todos han visto cumplidas sus esperanzas. La caída de la Bolsa ha hecho que un millón y medio de trabajadores-accionistas hayan visto volar sus sueños de riqueza. La Bolsa de París perdió todas sus ganancias del año 2000, pero el capitalismo popular se ha desarrollado menos que en otros países y las pérdidas bursátiles apenas se reflejan en las encuestas sobre la moral de las familias.

El crecimiento francés sigue cabalgando a lomos de la demanda interna, admitiendo déficit presupuestarios (1,4% del PIB) aún considerables y con una presión fiscal que llega al 46%.

Pero el hecho de que el año 2000 terminara con un aumento de precios por debajo de lo esperado (1,6%, según el índice provisional) compensa otras posibles debilidades del incremento de su producto interior bruto. 'Este movimiento debería contribuir a un crecimiento duradero, porque no es inflacionista, y a la creación de empleo', comenta Laurent Fabius, el inquilino actual de la mole de cemento de la calle Bercy que alberga al Ministerio de Economía.

Más información
Todas las regiones se benefician del crecimiento

La segunda ventaja es que el crecimiento ha llevado el paro a cotas inimaginables hace un lustro. El pleno empleo va a convertirse en una de las promesas socialistas en las próximas elecciones, que el actual primer ministro, Lionel Jospin, quiere aprovechar para acabar con la cohabitación entre un presidente de derechas y un Gobierno de izquierdas. Al ritmo actual, el paro bajaría en tres años al 7%. ¿Cómo pasar de ahí al pleno empleo? Esto es lo que se espera que digan los socialistas, hoy en pleno debate interno.

Algunas de las iniciativas políticas injertadas por el Gobierno de izquierda han influido en ese descenso del paro: por ejemplo, los 250.000 nuevos contratos para jóvenes creados en el sector público, aunque limitados a cinco años y sin salida clara al vencimiento de ese plazo. Más polémica es la reducción de la jornada semanal a 35 horas, que ha obligado a las empresas medianas y grandes a contratar más personal.

Las 35 horas

La Medef, que es la mayor organización patronal, insiste en que el resultado de las 35 horas no compensa los costes. Su presidente, Ernest-Antoine Seillière, estima que las 35 horas habrán creado un máximo de 40.000 empleos desde su introducción, en 1999.

Toca ahora aplicar la norma a las pequeñas empresas, en las que la nueva jornada será obligatoria desde el 1 de enero próximo, y la patronal avisa de que la consecuencia probable será el trabajo sumergido: se pagarán 'en negro' las horas extraordinarias que no puedan hacerse legalmente, porque muchos pequeños empresarios y sus empleados preferirán estos arreglos al incremento de plantillas.

Mientras la Medef multiplica sus advertencias, el mismo Fabius, cada vez más número dos del Gobierno Jospin -sin por ello titularse vicepresidente- lleva un par de meses imponiendo sus medidas sobre las defendidas por los sectores más a la izquierda.

Así, el conflicto provocado por la anulación de la contribución social generalizada -pronunciada por el Consejo Constitucional-, que afecta a casi nueve millones de trabajadores, no va a ser compensado con la elevación sustancial del salario mínimo, como defendían los comunistas y buena parte del partido socialista, sino con fórmulas que aquéllos denuncian como 'liberales', más en el estilo de Fabius: un cheque de la Administración fiscal a los que no hacen declaración por el impuesto sobre la renta, o la correspondiente rebaja impositiva a los que sí la presentan.

Invierno caliente

¿Y si el ritmo de crecimiento no fuera tan rápido en los próximos años? La previsión de la OCDE es que Francia rebaje ese crecimiento al 2,9% en 2001, frente al 3% o 3,1% con que se estima habrá cerrado el último año.

Por otra parte, la penuria de mano de obra denunciada por los empresarios -en la informática, en la construcción, en la hostelería- anuncia un invierno caliente en el sector privado, por parte de trabajadores que se sienten en posición de fuerza para obtener aumentos importantes de salario.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_