'Siempre estaré unido al Madrid'

El secretario de Estado para el Deporte, Juan Antonio Gómez Angulo, el ex presidente del Real Madrid, Lorenzo Sanz, el director general deportivo del club, Jorge Valdano, y su segundo, Emilio Butragueño, más una nube de admiradoras, periodistas, cámaras, amigos y allegados al séquito, se apelotonaron en una sala para verle en escena después de seis meses desde que dejó el Madrid con prisas y sin tiempo: envuelto en su acostumbrado magnetismo, de regreso, apareció Fernando Redondo.

El ex conductor del equipo que alzó dos Copas de Europa, dos Ligas, y una Copa Intercontinental, rompió seis meses de silencio y aislamiento y ayer celebró en Madrid el primer acto oficial en España después de fichar por el Milan en agosto pasado. Lo hizo para recibir el premio de la Agencia Efe al mejor futbolista latinoamericano de la pasada década. De paso, le llovieron todas las preguntas pendientes. ¿Siente nostalgia? ¿Volverá al Madrid como entrenador? ¿Qué opina de la marcha de su antiguo equipo? ¿Se recuperará de una rotura de ligamentos cruzados? ¿Piensa acudir al próximo mundial de Corea y Japón en el 2002?

Sudoroso ante el aluvión, rodeado contra una pared, Redondo procuró ordenar el caos que se generó a su alrededor. Embutido en un traje verde musgo, el pelo perfectamente recortado, y un punto emocionado, respondió con la pausa y el sentido de la prolijidad que le caracterizan. 'Es pronto para hablar de volver al Madrid como integrante del cuerpo técnico', aseguró. 'Todavía me siento muy futbolista. No he organizado mi vida pensando en el largo plazo. Por ahora quiero jugar en el Milan mi primer partido en San Siro. Pienso en jugar, en recuperarme cuanto antes de mi lesión'.

A unos metros, Valdano sonreía mirándole con gesto enternecido. Butragueño escrutaba la escena, muy serio, por debajo del hombro derecho de Valdano. Por delante, el presidente que llegó a trabar amistad con Redondo antes de caer derrotado en las últimas elecciones del Madrid, Lorenzo Sanz, hizo una señal de aprobación cuando el hispano-argentino tomó en sus manos el balón de oro que simbolizaba el trofeo.

'Agradezco este premio', dijo lacónico el futbolista, muy tenso. Emocionado. Señaló que agradecía la confianza de todos los que le apoyaron y creyeron en él desde que desembarcó en el Tenerife en 1990 hasta su 'realización' como jugador en el Real Madrid. También tuvo palabras de gratitud para los representantes del club blanco -Valdano y Butragueño- por el que manifestó un afecto profundo y trascendental: 'Es un honor para mí que el Real Madrid haya estado representado en este evento. Es un orgullo el cariño que me están demostrando, y debo decir que los lazos de unión que tengo con el Real Madrid existirán siempre. Esa satisfacción, ese sentimiento que tengo por el Real Madrid siempre existirá, más allá de donde esté en ese momento'.

Sobre su lesión, Redondo aseguró que piensa jugar antes de abril: 'Estoy bastante bien. La recuperación va por el camino prefijado y si bien me quedan dos meses para jugar haré todo lo posible por volver cuanto antes'. Además, dijo que no descarta prepararse para jugar el mundial del 2002, en Japón y Corea, con la selección argentina: 'A cualquier futbolista le gustaría jugar un Mundial'. Es una frase que, en boca de un hombre tan cauto como él, resulta como poco una declaración oficial de intenciones.

'El fútbol italiano...ehh, mmhh', Redondo reflexionó unos instantes. 'Es un fútbol que no deja mucho tiempo para la elaboración en el medio campo. Se juega muy rápido. Los equipos son más compactos. Quizá por eso sea interesante. Es menos vistoso que el fútbol español, pero para mí resulta un desafío'.

Para un jugador como él, que ha dedicado una carrera entera a elaborar el juego en el centro del campo, la economía de la transición que hace el fútbol italiano representa un desafío y una barrera que amenaza con frustrar sus últimos años en activo. Pero Redondo ha vivido de los retos. El próximo es disputar las últimas rondas de la Liga de Campeones con la camiseta del Milan.