Enrique Freijo,psicólogo
El que fue uno de los pioneros de la Psicología en España, Enrique Freijo Balsebre, falleció a los 76 años en su Bilbao natal. Tras estudiar Medicina en la Universidad de Salamanca, se ordenó sacerdote y, desde su condición de profesor de Psicología médica en las universidades Pontificia y Civil de Salamanca y más tarde en la del País Vasco, Enrique Freijo contribuyó al prestigio de esa especialización mediante la docencia y la investigación rigurosas, pero también por haber sido uno de los impulsores de la formación de posgrado.
Figuró entre los primeros estudiosos científicos de Freud en España, donde introdujo las teorías de Marcuse y W. Reich. Fue el creador de la Escuela de Psicología en la Universidad Pontificia salmantina en los años sesenta, la segunda en funcionar entonces en España. Pero, además de su tarea docente, Enrique Freijo destacó en los sesenta y setenta como el mentor comprometido y reconocido de la oposición estudiantil en Salamanca, de donde salieron dirigentes políticos para la etapa de la transición política.
Desde su condición de consiliario de la Juventud Estudiante Católica (JEC), organizó a los grupos universitarios que protagonizaron la agitación reivindicativa durante esa etapa, además de ceder para reuniones clandestinas de diferentes grupos la sacristía de la iglesia de San Benito. Destacados dirigentes socialistas salmantinos, como Jesús Málaga y Enrique Clemente, se reconocen deudores de la orientación decisiva para su trayectoria política que recibieron de Freijo. Éste, además, también dejó sentir su influencia en los movimientos de la Facultad de Teología que estallaron en el curso 1969-1970 en la Universidad Pontificia para reclamar la renovación de la Iglesia española. 'Es necesario', señaló entonces, 'que los universitarios tengamos conciencia viva de auténticos trabajadores'. También figuró Enrique Freijo como promotor de la Cátedra Pablo VI, creada en Salamanca en 1965 y que constituyó una de las propuestas progresistas de debate que funcionaron en la época, a pesar del recelo de la autoridad eclesiástica y del régimen franquista, que en 1969 prohibió su desarrollo.-
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