Olivier Rolin dice que 'Meroe' es ante todo una historia de amor

Un hombre trata de huir en Jartum del dolor de un desengaño amoroso. Se abisma en el pasado y en las ruinas de las misteriosas civilizaciones del Alto Nilo, mientras conjura el fantasma del decapitado general victoriano Gordon Pachá, traba amistad con un arqueólogo alemán y se acuesta con una mujer soldado del régimen islamista sudanés. 'Meroe trata del exilio, de la derrota y del tiempo, de un sentimiento enfermo, extraviado del tiempo', dice de su novela -Anagrama- el escritor francés Olivier Rolin (1947).

Gordon, el Mahdi y sus feroces derviches, las legendarias ciudades de Meroe y Dongola, Conrad, los Guardianes de la Revolución, Rimbaud, el terrorista Carlos y una grulla espectral llamada Harald... La novela de Rolin acumula en torno a su protagonista y narrador toda una estratigrafía de referencias y personajes. En el centro, en el corazón del relato, alojado en el Hotel de los Solitarios de Jartum como en un Patusan del desierto, está ese desdichado protagonista. Un hombre intoxicado de recuerdos en esa tierra rigurosamente abstemia como el cónsul de Lowry lo estaba en Cuernavaca (Bajo el volcán es otra referencia en la narrativa de Rolin). 'El tema del exilio me viene de la afición que tengo por Rimbaud', dijo el novelista al presentar su libro en Barcelona. 'Me atrae por su poesía y por su aventura abisinia, ese dejar atrás su mundo y su obra'. Añadió que de su época de militante de la extrema izquierda le ha quedado el sentimiento de ser ajeno a todo ámbito y a su propia época.

Otro tema de la novela, apuntó, es la derrota: 'Siempre me ha parecido que es la cosa más humana; lo propio del ser humano es proponerse metas inalcanzables'. El tiempo, continuó Rolin, es el tercer gran tema de Meroe. 'Un tiempo raro, extraviado, del que es metáfora el Sudán, con su anacrónica historia, con faraones en el siglo IV y reyes que se creían emperadores de bizancio en el XVI'. El exilio, la derrota, el tiempo. Pero otro tema de Meroe es el amor. 'Sí, no me atrevía a decirlo, porque puede sonar cursi', admitió con pudor de antiguo maoísta Rolin. 'Meroe es ante todo una historia de amor'.