Jatamí defiende su 'democracia religiosa' en el día de la revolución
Jatamí rompió ayer su silencio. Tras varios meses bajo el ataque de los sectores más conservadores del régimen, el presidente iraní aprovechó el 22º aniversario de la revolución islámica para defender su proyecto de 'democracia religiosa' y acusar a sus oponentes políticos de acabar con las esperanzas de libertad de los iraníes. El desencanto que se ha adueñado de sus conciudadanos ante el bloqueo de las reformas que prometió a su llegada al poder en 1997, culminó el pasado viernes en una de las mayores protestas contra el Gobierno de los últimos años.
'Quienes se atribuyen el monopolio del islam y la revolución se están colocando en contra de la gente', manifestó Jatamí ante las decenas de miles de personas que según la agencia Irna se reunieron en la plaza de Azadí de Teherán. 'No se puede oponer la religión a la libertad, no hay que reprimir la libertad en el nombre de la religión, o la religión en nombre de la libertad. Si no, habrá decepciones', admitió el hombre que hace cuatro años llegó al poder rodeado de una aureola de reformista que no se ha traducido en cambios de enjundia.
Con el poder judicial, las fuerzas de seguridad y la radiotelevisión bajo el control directo del líder espiritual de la revolución, Alí Jamenei, el presidente se encuentra atado de pies y manos para alcanzar sus objetivos de mayor apertura política y libertad de expresión. Ni siquiera la mayoría parlamentaria que le deparó el triunfo de sus partidarios en legislativas del año pasado ha logrado romper el muro institucional que garantiza el control político de los más inmovilistas.
Candidato no declarado
Jatamí reiteró su compromiso de lograr una 'democracia religiosa', pero no llegó a anunciar si se presentará a la reelección en las presidenciales del próximo junio. Aunque hace apenas un año tal eventualidad se daba por descontada, la campaña desatada por los conservadores tras el triunfo de los reformistas en las legislativas ha desatado todo tipo de especulaciones. En el último año, muchos de sus aliados han sido encarcelados y una treintena de periódicos independientes silenciados por poner en peligro el sistema islámico.
'No hay otro candidato', aseguraba recientemente a EL PAÍS una fuente cercana a Jatamí. También diplomáticos iraníes consultados al respecto han expresado su convicción de que el presidente volverá a ser candidato.
Queda por ver en qué medida podrá contar con el enorme capital popular que le aupó al poder en mayo de 1997. Muchos de quienes le apoyaron entonces, en especial entre los jóvenes, han visto defraudadas sus expectativas de cambio. De ahí, el apoyo que obtuvo el viernes la protesta contra la represión política y social convocada por grupos de oposición en el exilio. Los tres mil manifestantes que se congregaron en el parque de Mellat, en su mayoría estudiantes, fueron duramente reprimidos por los basiyis, milicianos voluntarios. La policía practicó medio centenar de detenciones.
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