El Barça se rinde... ¡en febrero!
Los azulgrana ya planifican el futuro mientras el Villarreal y el Mallorca les acosan en los puestos de la Liga de Campeones
Una Copa del Rey segundona y una Copa de la UEFA de poco calado son todo el botín que tiene a la vista el Barça cuando todavía restan más de tres meses para que la temporada baje el telón. Todo lo contrario que sus grandes rivales -Madrid, Deportivo y Valencia-, que sobreviven en la verdadera batalla europea y todavía no se han despedido en la Liga. Sobre todo madrileños y gallegos, que anuncian un duelo de altísimo voltaje para el próximo sábado en Riazor. Un partido en la cima de la Liga, con el campeón actual pisando los talones del vigente rey continental.
Todo un azote para el primer año de Joan Gaspart al frente del Barça, una campaña que no puede venderse como de transición porque el ahora presidente ya llevaba mucha mili a cuestas antes de su ascenso. La rocambolesca dimisión de Josep Lluís Núñez, la precipitada carrera electoral posterior y el regate veraniego de Figo pusieron al club patas arriba. Y el equipo lo ha pagado desde el inicio. El desorden institucional se ha reflejado en el vestuario, donde Serra Ferrer ha sido desbordado.
Las urnas le dibujaron el equipo con fichajes que decoraban el escaparate mediático, pero no respondían a las necesidades reales de la plantilla. Aun así, el técnico balear no ha sabido sacar provecho de un puñado de buenos futbolistas. Fueran o no de su agrado, lo cierto es que con él al frente de la nave, jugadores como Petit y Gerard han perdido crédito. Otros, como De la Peña y Alfonso, siguen en el mismo túnel por el que llegaron al Camp Nou. Con el cántabro no ha habido terapia y con el madrileño de nada han servido tantas oportunidades. Serra Ferrer, que llegó al primer equipo tras acunar varios años a la cantera, no ha buceado en La Masía, se ha topado con Reina por casualidad y ha mareado a Xavi, Puyol y Gabri. El mayor acierto del entrenador -que nunca ha podido maquillar su aire interino- ha sido calmar a Rivaldo, que baila a su antojo. Pero no ha sido suficiente. El Barça está fuera de la pelea y sus dirigentes venden futuro (Koeman-Wenger) sin haber resuelto la continuidad de su gran guía deportivo y espiritual: Guardiola.
El Barça ha tirado la toalla con la Liga en el horno. En la hora de la verdad, con el Madrid agigantado, el Depor en alza y el Valencia resucitado. Los dos primeros se jugarán más de medio título en Riazor, mientras los azulgrana miran por el retrovisor al Villarreal y al Mallorca, que le pueden echar a la cuneta de la Liga de Campeones.
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