_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Familia numerosa

Una especie de padre natural despistado parece que es el Gobierno central cuando va y reconoce que Andalucía, familia díscola de la España va bien, tiene la tontería de casi 400.000 habitantes más, en concreto 383.000, que no es moco de pavo.

Don Cristóbal Montoro, el padrino de la familia cotizante española, el responsable de las propinas y aguinaldos, ha entrado en la casa autonómica y se ve obligado a reconocer que los padres de la Patria tienen algunos hijos más y que éstos, lejos de ser unos recién nacidos, estaban en edad de segundo curso de Primaria, porque los chicos figuraban en el censo desde 1996.

¿Cómo es posible semejante olvido? ¿No será que el mal cabeza de familia, cabreado con las ovejas negras y con su mamá haya abandonado durante tanto tiempo el hogar, retirando, de paso, parte de la pensión por alimentos?

Algo así debe suceder cuando a lo largo de más de un lustro se ha negado sistemáticamente a esta comunidad autónoma una realidad tan obvia como su situación demográfica oficialmente registrada.

El presidente Manuel Chaves ha reclamado con tesón, dando la lata en Madrid, para que el modelo de financiación se modifique, entre otras cosas, por el aumento de la población. No fue oído, dice Montoro, por razones políticas.

Se plantea entonces la discusión de cuáles razones políticas llegan a ignorar algo tan evidente como esto. Dependiendo de que los políticos se lleven mejor o peor durante las legislaturas correspondientes, incluso durante el curso parlamentario, cogen a los niños que faltan o sobran, según el interés, y les castigan en el cuarto oscuro a pan y agua o, si la cosa va mejor, les sacan al parque y a comer en una hamburguesería a razón de 40.000 millones anuales, que dan para mucha carne picada de vaca loca.

El señor ministro está acostumbrado, sin duda, a manejar cifras estratosféricas y por eso no tiene recato en decir que el reconocimiento del censo y consiguiente desembolso tan multimillonario no supone un cambio importante. No lo supondrá para él o para algunas comunidades privilegiadas, porque para esta tierra con el paro mayor de la UE, esos míseros dineros son muy significativos, se puede decir que imprescindibles.

No hay que echar las campanas al vuelo: los representantes andaluces no deben parar esas reivindicaciones legítimas que hay que seguir haciendo con la misma constancia, para que el Gobierno central reconozca el censo de 1.996 y luego el ahora planteado de 2.000. Así se sabrá a cuánto más tiene derecho el pueblo del sur en esta y otras materias, pudiendo exigirlo cómo y ante quién corresponda.

Hay que considerar, tomando la palabra a la señora Teófila Martínez, que esto sólo es un parámetro de la ecuación. Se tienen que despejar las incógnitas y de ello son responsables los políticos.

Y que no se olviden de que nadie hace un favor a Andalucía, porque estos derechos, la cesión de impuestos especiales y las pesetas, no solamente son necesarios, es que son, en justicia, nuestros.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_