Krámnik ofrece palo y zanahoria
El campeón oficioso amenaza con ahondar el cisma si la FIDE no cambia de política
Quienes pronosticaron el fin del cisma en el ajedrez tras la derrota de Gari Kaspárov ante Vladímir Krámnik lo tienen difícil. El nuevo campeón oficioso asegura que no desea la destrucción de la Federación Internacional (FIDE) pero amenaza al mismo tiempo con agrandar la división si ese organismo no cambia radicalmente de política. Desde el lado opuesto, el español Alexéi Shírov, subcampeón del mundo oficial, replica a Krámnik y reconoce al indio Viswanathan Anand como único campeón.
Krámnik subraya, en una entrevista con el Club Kaspárov en Internet, que no desea “la abolición de la FIDE, ni siquiera su debilitamiento”, y confía en que Octagon, la multinacional dedicada al deporte profesional que acaba de firmar un contrato con la FIDE, pueda servir como mediadora para llegar a un acuerdo. En su opinión, hay un principio básico: “La FIDE existe por los jugadores, y no al revés”.
El campeón del mundo oficioso acaba de firmar una carta abierta contra la FIDE junto a los excampeones Gari Kaspárov y Anatoli Kárpov (ver EL PAÍS del sábado). Y ahora pide que la FIDE consulte con los 200 primeros jugadores del escalafón para revisar las tres medidas más polémicas que ha tomado recientemente: 1) Consolidar el Campeonato del Mundo por eliminatorias cortas, en lugar de los largos duelos tradicionales; 2) Acortar drásticamente la duración de las partidas; y 3) Organizar un Gran Premio, similar al de la Fórmula 1, a pesar de que los tres torneos más importantes (Linares, Wijk aan Zee y Dortmund) no desean formar parte de él.
Sin embargo, Krámnik advierte claramente de que intentará crear una organización paralela si los dos primeros puntos no son abolidos pronto. Y asegura, sin citar nombres, que ya ha iniciado negociaciones con cuatro interlocutores distintos para que existan torneos con el ritmo clásico y un Campeonato del Mundo con el sistema tradicional. Este diario ha podido comprobar que uno de esos interlocutores es el Ayuntamiento de Linares.
Sobre la conveniencia de reformar el ajedrez para que encaje mejor con la televisión e Internet, y sea más popular, Krámnik replica: “El fútbol y el tenis son muy fáciles de entender en cuanto a sus reglas básicas. En el ajedrez no pasa lo mismo. Debemos ser conscientes de ello, y respetar la tradición”.
La carta abierta de Kárpov, Kaspárov y Krámnik fue inmediatamente contestada por otra (ver EL PAÍS del martes), cuyos firmantes principales son Anand, Shírov, el ruso Alexánder Jálifman (campeón oficial en 1999) y el armenio Vladímir Akopián (subcampeón oficial de ese año). Tras leer la entrevista con Krámnik, Shírov envió además el siguiente comunicado a este diario: “Olvidando por el momento mi antipatía y desprecio personal hacia los señores Kaspárov y Krámnik, tengo que manifestar que estoy absolutamente en contra de su postura hacia el tema del Campeonato del Mundo y la FIDE en general. Krámnik se comporta como el único rey, y ni siquiera menciona al campeón del mundo Viswanathan Anand en la entrevista. Mi impresión es que Kaspárov y Krámnik intentan apoderarse del mundo del ajedrez, sus medios de comunicación, sus finanzas, etcétera. Por ejemplo, diciendo en la entrevista que tiene esperanzas en Octagon, creo que Krámnik alude a que esa empresa no debe trabajar con la FIDE”.
Shírov concluye: “Mi postura sigue siendo clara. La FIDE no es un organismo perfecto, pero hoy no hay alternativa. Kaspárov ha fracasado en todos sus intentos, y ya no puede ofrecer ninguna alternativa. El único camino es colaborar con la FIDE, mejorarla, reconocer a Anand como único campeón del mundo y conseguir que en el próximo Campeonato (o como máximo en 2002) se enfrenten todos los jugadores sin los privilegios que ahora buscan Kaspárov y Krámnik. Y así, finalmente, tendremos un verdadero campeón del mundo al 100%”.
Entrevista completa con Krámnik (en inglés):
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