La izquierda busca un nuevo papel en México
El tercer partido del país celebra su congreso con fuertes enfrentamientos en sus filas
Los enfrentamientos registrados durante sus 11 años de existencia entre integristas, reformadores y francotiradores de izquierdas, surgieron de nuevo en la apertura del VI Congreso Nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD). El tercer partido mexicano busca en Zacatecas espacio e identidad, revertir su fracaso en las generales del pasado 2 de julio y definir el perfil de la oposición al Gobierno del conservador Vicente Fox. Superar su imagen de partido demagogo, zarandeado por los escándalos y los pleitos internos, es la meta. 'Renovarse o morir', coinciden todos.
El duelo de personalismos, proyectos ideológicos, corrientes o pandillas, quedó puesto de manifiesto en los abucheos y vítores observados durante las primeras intervenciones de los jefes de un partido que fue resultado de las escisiones sufridas en 1987 por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), derrotado por Vicente Fox tras haber retenido la presidencia durante 71 años. El PRD obtuvo en julio en torno al 20% de los votos, tiene 52 diputados sobre un total de 500 y 16 senadores en una Cámara alta de 128. La pasión de los discursos de apertura, la noche del lunes, anticipa turbulencias estériles, y serias dificultades para la autocrítica y la reflexión serena sobre el futuro de un partido al que la democracia mexicana debe mucho.
La principal referencia es Cuauhtémoc Cárdenas, uno de los fundadores del PRD, tres veces candidato presidencial y tres veces derrotado, aunque todo apunta a que en las elecciones de 1988, ganadas por el priísta Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), el triunfo fue suyo. 'Aquellas acciones que siendo útiles y correctas en otros tiempos tenemos que guardarlas en el maletín de la historia', propuso a gritos en Zacatecas Jesús Ortega, cabeza de la facción reformista. '¡Cuauhtémoc, Cuauhtémoc!', reaccionaron sus contrarios. El ex presidente español Felipe González, y Trinidad Jimenez, responsable de política internacional del PSOE, figuran entre los invitados extranjeros a un encuentro que se prolongará hasta el sábado con cerca de 2.000 asistentes, de los que cerca de 1.100 son delegados.
Los grupos liderados por el secretario general, Jesús Zambrano; por Jesús Ortega, coordinador de senadores; y el encabezado por la presidenta, Amalia García, son más proclives al entendimiento con el Ejecutivo. El PRD, subrayan, no puede sólo gritar, testimoniar la injusticia sin aportar propuestas viables para solucionarlas. Muy diferente es la postura de Cárdenas y del jefe del Distrito Federal, sede de la alcaldía de México, Andrés Manuel López Obrador. '¡No nos engañemos¡ ¡Son los mismos hombres y el mismo fundamentalismo tecnocrático', proclamó el alcalde. 'Nuestro adversario ya no es el PRI, pero el neoliberalismo y el abuso de los poderosos siguen entronizados en el Gobierno', agregó Cárdenas. 'Nuestro adversario principal es el PAN (el gubernamental Partido de Acción Nacional), su Gobierno gerencial y su régimen lleno de prejuicios, con su racismo, su represión a la cultura y el arte'.
Diversos son los factores detrás del declive de una fuerza que en las legislativas de 1997 sumó el 47% de los sufragios. El PRD, según la mayoría de los analistas, devino progresivamente en un partido enquistado en la denuncia y la contestación, aparentemente ajeno a los cambios políticos y sociales producidos en México. Sus propuestas, señalan, son poco atractivas para la juventud, a juzgar por su ausencia en el escrutinio del electorado del partido, y por el eco del subcomandante Marcos en los campus universitarios durante su visita a la capital federal.
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