Los candidatos hacen su último llamamiento a los indecisos
Francesco Rutelli, líder de El Olivo y ex alcalde de Roma, cerró ayer en Nápoles la campaña electoral con un mitin multitudinario, mientras en la Ciudad Eterna los líderes del centro-derecha lanzaban los últimos reclamos a los electores. Ambas coaliciones se dirigieron sobre todo a los cinco millones de indecisos, cuyo voto puede ser decisivo mañana, domingo.
Pero el verdadero broche final de la campaña fue la comparecencia simultánea en televisión de Rutelli y Berlusconi. El primero, en un programa de Rai 2, y el segundo, en casa propia, en el Costanzo Show de Canal 5. Rutelli, que reclamaba un 'cara a cara' televisivo con su adversario, se estrelló contra la negativa de Berlusconi.
Miles de personas se concentraron en la plaza del Popolo, en el centro de Roma, para aplaudir a los líderes de la Casa de las Libertades. Todos, menos Umberto Bossi, que cerró la campaña en Milán. Desde primeras horas de la mañana, tanto Berlusconi, como el candidato de El Olivo, Rutelli, lanzaron últimos y sintéticos llamamientos a los electores. Il Cavaliere pidió el voto a los italianos para modernizar el país, aumentar las pensiones mínimas, crear 1,5 millones de puestos de trabajo y resolver los problemas de seguridad ciudadana. 'He firmado ante los italianos, en televisión, un contrato que me compromete a cumplir al menos cuatro de estos objetivos; en caso contrario, me volveré a mi casa y no volveré a presentarme a unas elecciones', declaró.
Rutelli prometió continuar el camino trazado por los anteriores Gobiernos del centro-izquierda, que han permitido a Italia entrar en el euro. El líder de El Olivo hizo, además, una advertencia a los italianos para que no se dejen tentar por los cantos de sirena de su adversario. 'Su contrato con Italia está escrito con tinta transparente, se borrará en unas horas', declaró, y advirtió a los empleados públicos de que Il Cavaliere prepara despidos masivos en la Administración del Estado.
Escándalo en la RAI
El cierre de campaña coincidió ayer con un escándalo en el que se vio envuelta la RAI. El centro-derecha protestó porque, pese a la normativa que veta las entrevistas políticas fuera de los espacios televisivos pactados, el actor y director Roberto Benigni se despachó a gusto criticando humorísticamente a Berlusconi en una entrevista realizada por el periodista Enzo Biagi. En vísperas del inicio de la campaña electoral, otro programa de la RAI, Satirycon, provocó una descomunal tormenta política porque incluyó una entrevista al periodista Marco Travaglio, coautor del libro L'Odore dei Soldi, que aborda las investigaciones y procesos en que se ha visto envuelto Berlusconi y las zonas de sombra de los orígenes de su fortuna.
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