'Me alarma que el cine dependa del éxito de dos o tres películas'

El crítico de cine Esteve Riambau (Barcelona, 1955) está muy ligado a Orson Welles, sobre el que ha escrito dos libros y numerosos artículos. Hace unos días recaló en San Sebastián para presentar el documental Orson Welles en el país de Don Quijote, en el que participó como coguionista y que se estrenó el año pasado con motivo del 15 aniversario de la muerte del director de Ciudadano Kane.

Pregunta. ¿Cómo influyó la relación de Welles con España en su obra?

Respuesta. España no fue simplemente una pieza de color en su vida y en su obra, sino que prácticamente fue su segunda residencia, en el sentido casi de refugio espiritual, el lugar donde encontró el apoyo y la inspiración necesarios para rodar algunas de sus películas más queridas por él y también para vivir y moverse en un determinado ambiente, sin el cual creo que es muy difícil entender su obra.

P. Nunca terminó Don Quijote. ¿Por qué?

R. Welles era Don Quijote y Sancho Panza. Simpatizaba con el hidalgo, errante y quimérico Don Quijote y con el gordo, bonachón y bon vivant que era Sancho Panza. A partir de ahí, convirtió este proyecto en su visión de España. Gracias a que fue una película financiada íntegramente por él, la fue arrastrando y cambiando continuamente en el tiempo. El paso de la España franquista a la democracia cambió su visión de la película, pero nunca la terminó.

P. ¿Podría poner una nota media al cine español actual?

R. Lo difícil es encontrar la media en el cine español para ponerle esa nota media, pues vive de grandes contrastes, lo cual es interesante.

P. ¿Por ejemplo?

R. Torrente 2 tiene cuatro millones de espectadores, un éxito inaudito para el cine español. Pau y su hermano compite en Cannes, donde el cine español no va todas las veces que querría, y ni en sus mejores sueños va a tener cuatro millones de espectadores. Son dos proyectos distintos, para dos públicos distintos y con dos éxitos distintos.

P. ¿Y qué opina del fenómeno Torrente?

R. El éxito de Torrente 2 es impresionante, pero está precedido por unas experiencias que han preparado el terreno. Lo que me alarma es que el conjunto del cine español dependa del éxito de una, dos o tres películas al año y que la media no se beneficie de esos éxitos aislados. También me preocupa que esos éxitos del cine español dentro de España después no tengan la traducción internacional. Torrente es un buen ejemplo, porque es un fenómeno extracinematográfico. Su éxito no está tanto en el potencial cinematográfico de la película como en el potencial mediático de Santiago Segura, que es un fenómeno social en España, pero que no tiene el mismo eco en Francia o Italia. Sin embargo, el fenómeno del cine americano es que sus éxitos son éxitos mediáticos en todo el mundo.