'Extranjeros de sí mismos' relata la lucha de los jóvenes en tierras lejanas
Javier Rioyo y José Luis López-Linares codirigen el documental
Unos perdieron la guerra y otros la ganaron, pero todos lo hicieron fuera de sus países de origen. Fueron dispuestos a morir o matar. Unos iban en busca de aventuras, muchos lucharon por un mundo mejor y otros fueron simples mercenarios. Extranjeros de sí mismos, el documental dirigido por Javier Rioyo y José Luis López-Linares, indaga en las emociones y vivencias de aquellos jóvenes que hicieron la guerra en tierras lejanas.
En los años cuarenta tenían 20 años. Algunos sólo 16 o 17. Hoy, frente a la cámara, los rostros marcados ya por profundas arrugas, confiesan que tocaron la gloria o que se consideran unos triunfadores o, todo lo contrario, que se sienten derrotados. En un bando o en otro, a todos les une la misma sensación: esa guerra en tierras lejanas les marcó para siempre. 'Yo, desde entonces, ya no pude seguir guardando florecitas en los libros ni hacer las monerías propias de mi edad', confiesa Dolores Núñez, luchadora en el Socorro rojo.
Extranjeros de sí mismos, que se estrena el uno de junio, se centra en tres grupos distintos: los italianos enviados por Mussolini a luchar con las tropas de Franco en la guerra civil española; los 50.000 jóvenes de las Brigadas Internacionales que llegaron a nuestro país a defender al Gobierno republicano y los españoles que en 1941 formaron la División Azul, que luchó con el Ejército alemán en Rusia.
El documental surgió como 'una broma privada' entre Javier Rioyo y López-Linares, contaron ayer en su presentación, tras un pase privado en la ciudad francesa de Nantes de su primer trabajo juntos, Asaltar los cielos. Allí se encontraron por primera vez con brigadistas franceses y vieron la riqueza y variedad de unos personajes que un día, por razones bien distintas, habían abandonado amigos, estudios y familias para vivir la mayor aventura de sus vidas. 'Eran gentes que procedían de culturas e ideologías diferentes, como diferentes eran sus formas de ver el pasado. Unos se sentían manipulados, otros marcados brutalmente, ninguno arrepentido'.
Y buscaron, no sólo las razones de los brigadistas, sino también las de aquellos italianos que pisaron tierra española creyendo muchos que era africana, o los componentes de la División Azul, como el cineasta Luis García Berlanga o el actor Luis Ciges.
Para seducir a una chica
Berlanga lo cuenta en el documental y lo contó ayer a los periodistas. 'Me fui a Rusia pensando que podía hacer algo por mi padre, que estaba preso, porque tenía amigos falangistas y, también, con la esperanza de que una chica me hiciera caso. Yo no sabía bailar y me fui a la guerra haciendo un acto heroico intentando seducir de esta manera a la chica'. '¿Lo consiguió?'. 'No', contesta divertido Berlanga.
Han sido dos años de trabajo, más de sesenta horas de entrevistas y seis meses de montaje. 'Lo más duro', dijo López-Linares, 'fue dejar fuera a personajes que colaboraron intensamente en la película pero no cabían en ella'. Uno de los que no se ha quedado fuera es Emil Jacobs, un brigadista que ocultó durante años con su silencio y su distancia su participación en la guerra. '¿Por qué vienen a verme? ¿Por qué están aquí? Soy un cobarde, un derrotado', es lo único que acierta a decir Jacobs, que aparece junto a su mujer y su hija. Es su mujer, Bárbara, una judía libanesa, quien cuenta que la única vez que ha visto llorar a Emil fue cuando le regalaron un disco con canciones de las Brigadas.
Tampoco se ha quedado fuera Carlos Ydígoras, un ex falangista que acudió ayer a la presentación de Extranjeros de sí mismos y al que le cuesta quitarse sus oscuras gafas de sol. 'Me fui a Rusia a luchar contra los comunistas y a favor de Dios. Después de tanto horror, a Dios le dejé en la estepa y nunca más lo he vuelto a encontrar. En la guerra se ve lo peor y lo mejor de un hombre. Casi dan ganas de decir que la guerra es bonita, si no fuera tan jodida'.
Babelia
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