Corretja vuelve a la cumbre
El español se enfrentará al brasileño Kuerten, vencedor de un Ferrero negativo, en su segunda final parisiense
Sólo habrá un español en la final de Roland Garros. No será el que la mayoría pensaba. Àlex Corretja rompió ayer los pronósticos y se clasificó para disputar el título por segunda vez en su vida. Lo hizo con una victoria sin paliativos, con un tenis de altísimo nivel, sobre el francés Sebastien Grosjean, el número 10, al que ganó en tres mangas (7-6, 6-4 y 6-4). En cambio, Juan Carlos Ferrero, que había acreditado su candidatura a lo largo de toda la temporada, sucumbió (4-6, 4-6 y 3-6) víctima de una mentalidad negativa ante el brasileño Gustavo Kuerten. Corretja, que perdió en 1998 frente a Carlos Moyà, contenderá mañana (15.00, La 2) con Kuerten en busca de su primer título del Grand Slam.
No va a resultar fácil. Pero eso es algo que Corretja ya sabía. Kuerten, campeón dos veces en París (1997 y 2000), jugó ayer un partido sin fisuras. Mantiene, además, un ascendente sobre el barcelonés, ya que le ha ganado las últimas cuatro veces de las seis que se han enfrentado. Y es el número uno. Son muchas distancias. Pero Corretja ha recuperado su mentalidad ganadora y tiene armas para contrarrestar a cualquiera. 'Me siento muy satisfecho', dijo minutos después de abandonar la pista central; 'creo que he jugado un partido impecable, pero veo muy fuerte a Kuerten'. La suya será la novena final con españoles en París, aunque sólo con siete jugadores: Santana, Gimeno, Orantes, Bruguera, Berasategui, Moyà y él mismo. Santana (1961 y 1966), Gimeno (1972), Bruguera (1993 y 1994) y Moyà (1998) salieron campeones.
Lo que ayer realizó Corretja supera cualquier expectativa. Su campaña estaba siendo mediocre hasta que llegó a la Copa de las Naciones, en Düsseldorf, justamente la semana anterior. Allí consiguió tres victorias importantes -sobre Hewitt, Haas y Norman- que no sólo le devolvieron la confianza, sino también las ganas de vencer. En unos días sus dudas se disiparon y viajó a París con una mentalidad lo suficientemente reforzada. Su triunfo inicial sobre el argentino Mariano Zabaleta actuó como una espoleta porque descubrió que, además, volvía a ser capaz de sufrir en la pista. 'Su autoestima tenística se restituyó', afirma Javier Duarte, su entrenador, 'y su juego ya estaba ahí porque nunca le había abandonado'.
Sentadas estas premisas, todo el trabajo realizado en la pretemporada en Sierra Nevada pudo aflorar. Física y tenísticamente, el nivel de Corretja ya era altísimo. Y cuando su mentalidad comenzó a positivar las cosas quedó claro que había llegado el momento de sacar rendimiento a tanto sacrificio. De una tacada, ganó a Knippschild, Larsson, Santoro y Federer en tres mangas y se plantó en las semifinales. Y ayer afrontó a Grosjean con la cabeza a punto.
Nada le dispersó. Jugó con un nivel de concentración superior al de los mejores científicos. No le perturbó perder el saque dos veces consecutivas en la primera manga. Y, después, cuando parecía tener ya la segunda encarrilada tras haber salvado otra pérdida de su saque (3-2 y servicio), no se desesperó al ver que Grosjean se colocaba con un 0-40. Muy al contrario, encontró allí algunos de sus mejores golpes, acabó ganando el juego, rompió en el siguiente y pasó a dominar por dos sets a cero. 'Eso no lo habría hecho hace sólo un mes', confiesa Duarte.
La última prueba que tuvo que salvar llegó en la parte final. Corretja disponía de una bola de rotura para colocarse con 5-2 y, entonces, el público pareció estallar de golpe y comenzó a corear el nombre de Grosjean. El francés reaccionó y acabó ganando el juego. Era un momento duro para Corretja, puesto que estaba decidiendo el partido y no podía fallar. No lo hizo. El público siguió empujando a su jugador, pero él ganó con comodidad sus últimos dos saques. Su partido no sólo le permitió situarse en la final, sino que dio crédito a su juego. Corretja lo hizo todo: globos, dejadas, passings, reveses ganadores, drives paralelos y cruzados a la línea..., y sacó muy bien -llegó a los 200 kilómetros por hora- cuando lo necesitó.
Todo lo contrario que Ferrero. El valenciano intentó implantar el mismo ritmo de juego que le había llevado hasta las semifinales y lo consiguió al principio. Llegó a controlar la primera manga con un break arriba (4-3), pero comenzó a obsesionarse cuando cedió por primera vez su saque en el juego siguiente y Kuerten aprovechó su lapso mental para arrebatarle el set. 'Lo que ocurrió fue muy sencillo', comentó luego Ferrero; 'cuando me rompió el saque, me enfadé bastante y a partir de ahí ya no levanté cabeza'.
Ferrero no sólo rompió de nuevo el saque de Kuerten en la segunda manga, sino que tuvo otras 14 pelotas de rotura que no aprovechó. Es cierto, sin embargo, que la mayoría las salvó el brasileño con drives y reveses endiablados que caían en las líneas o con un saque que le dio 15 puntos gratuitos. Pero también lo es que Ferrero cometió 41 errores no forzados y que nunca pareció sentirse cómodo.
Conchita Martínez y Virginia Ruano se clasificaron para la final de dobles femeninos junto a sus compañeras, Dokic y la argentina Suárez. En el mixto, Ruano y Tomás Carbonell también son finalistas. Y en júniors Carlos Cuadrado jugará hoy las semifinales ante el colombiano Falla.
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