Un incendio obliga a desalojar a 50 ancianos de un asilo de Colmenar
Tres residentes se intoxicaron al inhalar humo
Un incendio que se desató pasadas las dos de la tarde de ayer obligó a desalojar a alrededor de medio centenar de los 56 ancianos que viven en la residencia geriátrica Nuestra Señora de la Soledad, en Colmenar Viejo. Los residentes fueron sacados por la Guardia Civil y los bomberos de la Comunidad a través de las ventanas rotas de una sala de estar, según informó un portavoz del servicio regional de extinción de incendios.
Tres de los ancianos sufrieron una intoxicación leve y fueron atendidos y dados de alta en los jardines del geriátrico por médicos del Insalud-061 y voluntarios de la Cruz Roja. 'Pasamos mucho miedo, pero gracias a Dios no ha pasado nada grave', comentó ayer la hermana Soledad, una de las encargadas de la residencia geriátrica.
El fuego comenzó en un dormitorio situado junto a la sala de estar del geriátrico, y en el que se encontraba una veintena de ancianos charlando y viendo la televisión después del almuerzo. Los residentes pudieron ver las llamas que salían de la habitación y, en pocos minutos, la sala de estar se llenó de humo. Apenas se veía a un metro de distancia.
Los encargados de la residencia avisaron a los servicios de emergencia, y una patrulla de la Guardia Civil fue la primera en llegar al geriátrico. Los agentes rompieron los cristales de las ventanas del cuarto de estar y comenzaron a evacuar a los ancianos, agrupándolos en el jardín del recinto. Los ancianos estaban muy asustados. Algunos tosían y apenas podían ver por la cantidad de humo acumulada en la habitación.
En volandas
Los bomberos de la Comunidad llegaron a tiempo para ayudar a los guardias civiles. Una de las ancianas no podía caminar. Estaba sentada en la sala, en una nube de humo. Un bombero la alzó del suelo y se la puso en la espalda. En volandas logró sacarla del edificio. 'Es una de las más inválidas y no podía moverse', aclaró la hermana Soledad.
En la primera planta del edificio había menos de una decena de ancianos, en sus respectivas habitaciones. Los bomberos ordenaron a los residentes que permanecieran en sus habitaciones con las puertas cerradas. Los ancianos así lo hicieron, y además abrieron las ventanas de sus dormitorios y permanecieron asomados, respirando el aire de la sierra, para evitar la intoxicación, hasta que los bomberos tuvieron controlado el fuego y el humo. Los residentes que seguían en el comedor salieron al jardín sin ayuda.
El fuego, según fuentes de los bomberos, se originó en un armario de un dormitorio de la primera planta. En el interior del armario no hay enchufes ni interruptores. Los bomberos descartan, por tanto, que el origen del fuego esté en un cortocircuito y sospechan que pueda tratarse de un incendio originado por la colilla de un cigarrillo. 'No sabemos si fue por un cortocircuito o por un residente que se haya descuidado con un cigarrillo', afirmó ayer la hermana Soledad.
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